Si quieres hacer algo por ti, huye de las relaciones péndulo

Huye de las relaciones péndulo, de aquella en las que no tienes un puesto fijo porque sólo eres un antojo que va y viene en función de los días, sus días.

Hay relaciones que te convienen y otras que no. Este último tipo es en el que se amparan todas esas personas que parecen estar por encima de las reglas básicas entre dos personas, que no les importa si están siendo honestos contigo o no, que juegan al despiste, al 'ahora sí, ahora no' tras la máscara de la amabilidad. Se definen como liberales, sin ataduras, que exploran y/o están en un momento de su vida en el que no pueden dar más de sí. Pero no te creas ni media. Justo al terminar esa frase ya se encienden todos los pitidos y luces que identifican al sujero. Efectivamente, estás a punto de caer en las garras de una 'relación péndulo'.

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Se mueven en un vaivén continuo. Aplican a la máxima aquel refrán de “ni contigo ni sin ti", pero la realidad es bien distinta. Hay egoísmo, del puro y duro, y esa es la principal razón del porqué debemos huir de dichas relaciones. Quieren estar contigo, pero tampoco quieren cerrar oficialmente esa puerta a poder estar con quien quieran.

Y aunque tu yo racional intente hacerte ver que te equivocas y que deberías largarte más pistas no puede darte ya, no sirve de nada. Estás demasiado cegado por ese embrujo que desprende en forma de magia, por esa forma que tiene de hacerte mover al ritmo de sus giros. Pero eso que ahora crees que son mariposas revoloteando en tu estómago se acabarán convirtiendo en náuseas.

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A ti, que buscas a alguien que te quiera con todo y a por todas, en cualquier momento y lugar. Huye si tu relación es un continuo tira y afloja en el que, de vez en cuando, tienes 'el privilegio' de gozar de su atención y de sentirnos necesitados. Apártate de esa frustración que te causa no poder gestionar su indiferencia a cambio de unas pinceladas de cariño y amor. Aléjate de toda relación en la que no tengas voz y voto, en la que tus sentimientos se queden siempre de suplentes en el banquillo.