¿Un mal vuelo? Son las turbulencias de aire claro

No aparecen en los radares. No están asociadas a ninguna tormenta

Una obviedad que allí arriba, confiando tu vida a un trasto de 200 toneladas que vuela a más de 10.000 metros de altura, sueles olvidar: tanto los propios aviones como lxs pilotxs están preparados para lidiar con las turbulencias. Para ti son un mal trago. Un disparador de tu ansiedad y de pensamientos catastrofistas. Para ellxs una nimiedad. No obstante, y como dicen los científicos Sergio Hoyas, Andrés Cremades y Ricardo Vinuesa en un artículo para The Conversation, “el problema ocurre cuando los aviones se encuentran con patrones turbulentos atmosféricos que no salen en los radares porque no están asociados a ninguna tormenta”. Son las denominadas turbulencias de aire claro.

Y sí, estas sí albergan un poquito más de peligro. Al fin y al cabo, son turbulencias inesperadas que pillan desprevenidxs a lxs pilotxs. Para los autores de la publicación, es como si “el avión dejara de ir por una autopista para transitar por una especie de carretera de tierra con muchos baches”. Esto no significa que vaya a pasar nada. Piénsalo: hay unos 100.000 vuelos diarios en todo el mundo y casi nunca ocurre nada. Eso de que el avión es el transporte más seguro del mundo no es una frase hecha. Es una realidad. La inmensa mayoría de turbulencias de aire claro terminan con el avión en su destino. Pero pueden hacerte pasar un muy mal rato. De esos que no olvidas en toda tu vida.

@codigonuevo Lo que NUNCA has visto de un vuelo. Hoy nos infiltramos en @Vueling ES ♬ original sound - Código Nuevo

Pero hay otra noticia negativa

Al parecer, y siempre según estos especialistas, el cambio climático está haciendo que las turbulencias del aire, tanto las convencionales como las de aire claro, se multipliquen. “Paul Williams, de la Universidad de Reading, presentó en el principal congreso de turbulencia del mundo una serie de estudios mostrando que la posibilidad de tener turbulencias de aire se ha incrementado en un 50% en los últimos años”. Es quizá la parte del calentamiento global que no acabamos de pillar: no es solo que haga más calor o llueva menos, es una transformación global del planeta que nos afectará en infinidad de sentidos. Incluido en los vuelos.

De hecho, las predicciones de Williams no son precisamente optimistas: “Prevé un incremento al doble o al triple de las turbulencias en los próximos años, especialmente grave en el Atlántico Norte, dado que se han notado grandes perturbaciones en la corriente del golfo, la ruta más usada para volar de América a Europa”. Como decíamos, en un porcentaje abrumador de los casos esto solo implicará un vuelo mucho más movidito y angustioso de lo normal. Te abrochas bien el cinturón y practicas un poco de mindfulnes. O hablas con tu compañerx de asiento. O haces lo que sea que pueda ayudarte a relajarte. La minipesadilla pasará pronto.