¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Es un hotel volador enorme con un cine y un casino incluido. El español Oscar Viñals ha diseñado este monstruo aeroespacial que Taylor Swift amaría para sus excursiones diarias (ya que coge aviones más a menudo que mucha gente el coche). En la película Regreso al futuro se afirma que en el año 2015 habría coches que vuelan, y así es el AWWA-QG Progress Eagle, que se asemeja más a un crucero volador que a un coche.
Esta nave tiene un tamaño notablemente superior a los aviones comerciales más grandes del mercado actual. El Airbus A380 es la mayor nave hasta el momento, y cuenta con 24 metros de altura y 73 metros de largo donde pueden caber hasta 853 pasajeros. El AWWA-QG Progress Eagle lo supera significativamente, ya que mide 96 metros de envergadura y 80 metros de longitud, y la versión más exclusiva del Progress Eagle solo podrá llevar a 300 personas, puesto que los asientos son sustituidos por cómodos y amplios sillones que ocupan gran parte del espacio.
La dos plantas del avión no están solamente ocupadas por las localidades de los pasajeros, ya que una de las características que convierte esta aeronave en un gran avance tecnológico en el mundo del transporte es los servicios que ofrece durante el vuelo. El AWWA-QG Progress Eagle dispone de un restaurante, un spa, un cine, un casino, e incluso una plataforma de observación en la parte superior para disfrutar de las increíbles vistas más allá de las diminutas ventanas.
Como en los vuelos comerciales, el Progress Eagle dispone de categorías de pasajeros, que estarán repartidos en las tres cubiertas: una clase turista, una clase ejecutiva y una clase piloto. Los asientos de esta última clase extremadamente lujosa, tendrán el privilegio de tener el asiento en la parte delantera del avión para disfrutar de las mejores vistas.
La tecnología del futuro y la sostenibilidad van de la mano
Para impulsar seis motores enormes, la gran aeronave cuenta con un diseño que tiene como objetivo abandonar los combustibles fósiles en favor del uso de pilas de combustible de hidrógeno. Además, este hecho contribuirá a mejorar la autonomía del avión y a reducir de manera significativa su consumo energético en comparación con las aeronaves modernas.
La propuesta de Oscar Viñals tiene un claro objetivo de sostenibilidad para reducir el impacto medioambiental de los aviones. Por este motivo, además de buscar alternativas a los combustibles que tanto dañan el planeta, apuesta por cubrir el techo y las alas de paneles solares para recolectar energía y cargar las baterías.
Esta forma de funcionamiento consigue que el AWWA-QG Progress Eagle pueda sostenerse en el aire de manera prácticamente indefinida, ya que dispone de un sistema basado en satélites colectores solares. Desgraciadamente, el avión no podrá empezar a ser fabricado hasta 2030 porque se necesitan materiales que aún no se han terminado de desarrollar completamente.