Quieres hacer un pequeño viajecito europeo pero ir a las típicas ciudades a las que va todo el mundo te produce tal pereza que casi prefieres quedarte en casa con tu amigo el ventilador. Y eso no puede ser. Ni tiene por qué ser. La periodista Dasha Kofman, de Business Insider, es una trotamundos que ha estado en infinidad de ciudades del continente y conoce cuatro destinos tan desconocidos como maravillosos, empezando por la ciudad inglesa de Bath. Está a solo 90 minutos en tren de Londres, tiene las ruinas romanas mejor conservadas del mundo, luce una arquitectura georgiana preciosa y en septiembre celebra el festival Jane Austen. Con un par de fotos ya pillas lo bonita que es.
Y hablando de ciudad bonita, Mostar, ubicada en el sur de Bosnia-Herzegovina, uno de esos países balcánicos todavía por descubrir que en unos años estará muy probablemente masificado. En palabras de la propia Kofman, “Mostar no se parece a ningún otro lugar en el que haya estado, con el imponente Puente Viejo conectando los dos lados de la ciudad”. Y no es un puente cualquiera: es un puente construido en el siglo XVI, reconstruido tras la guerra de los balcanes de 1990 y designado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, cuenta esta periodista, la ciudad posee también “un barrio otomano bien conservado con encantadoras calles adoquinadas”.
Sitios alejados de las típicas guías turísticas
Luego está la ciudad alemana de Heidelberg. Para Kofman, así como para muchas otras personas que viajan allí, la clave de su belleza está en su mezcla entre personalidad histórica y modernidad. Algo que no suele salir muy bien. Aquí sí. De hecho, y como escribe esta autora, “la ciudad tiene vistas impresionantes en cada esquina”. Sus edificios de tejas rojas, su amplio río y, sobre todo, la cantidad de bosque que la rodea, le proporcionan una estampa muy particular. De esas que se te quedan grabadas a fuego en la mente. Ah, y Kofman recomienda viajar en otoño porque los colores de esta estación hacen de Heidelberg un lugar todavía más espectacular.
Y ojo con la última: Andorra La Vella. Aquí en España la tenemos como un meme por la espantada de los streamers que quieren pagar menos impuestos, pero parece que la capital de nuestro pequeño vecino tiene muchísimo que ofrecer. Para empezar, está en los Pirineos, con todo lo que eso implica en términos de montañas, valles y aire fresco. Estás siempre rodeadx de vegetación. Para continuar, tiene un centro histórico que, sin ser la octava maravilla del mundo, es muy coqueto. Y para terminar, puedes ir “a una borda, una casa tradicional utilizada antaño con fines agrícolas” para “probar la auténtica comida andorrana”. ¿Qué? ¿Te llama alguno de estos rincones?