En un planeta cada vez más caliente, con cada vez más olas de calor y episodios de temperatura extrema, el mítico ventilador empieza a ser insuficiente. Y da rabia. Al fin y al cabo, el aire acondicionado, por muy agradable que sea, no deja de ser una solución muy poco sostenible y empática con las poblaciones del mundo más afectadas por el cambio climático. Y además es bastante caro. Si ya te cuesta llegar a fin de mes a lo largo del año, imagínate ahora con decenas de euros extra en la factura de la luz por culpa del calor. Ante este panorama, y según cuenta Ana Tejero, especialista en Termotecnia de la Universidad de Valladolid, surge una alternativa: la climatización evaporativa.
¿En qué consiste? En palabras de esta experta, “un climatizador evaporativo se basa en el método de climatización más antiguo conocido: el enfriamiento que se genera cuando el agua se evapora”. Porque el agua necesita mucha energía para pasar a estado gaseoso y esa energía debe robarla de algún sitio. Piensa en tu sudor. Se evapora porque el agua que fluye a través de tus poros utiliza la energía que hay en tu piel, a causa del calor, lo que hace que la piel pierda parte de ese calor y te sientas un poquito más fresquito. La naturaleza es sabia. Y muy barata. La climatización evaporativa, dice Tejero, tiene un “consumo muy reducido comparado con el aire acondicionado convencional”.
Y si vas ahora a la jungla que es internet a buscar más información probablemente te toparás con una crítica muy común: que no consiguen el grado de refrigeración esperado. Es aquí donde Tejero vierte unas cuantas recomendaciones para potenciar sus resultados. Por un lado, dice, es importante hacer justo lo contrario de lo que suele hacerse cuando se ponen los aires acondicionados: abrir las ventanas un poquito para que se vaya renovando el aire. ¿El motivo? Pues porque a diferencia de lo que hacen esos últimos, resecar el ambiente, la climatización evaporativa lo humidifica. Y un exceso de humedad sí que empeora la sensación térmica por dificultar la sudoración.
Por otro lado, la experta aconseja vaciar el depósito de agua de los climatizadores evaporativos “siempre que no se usen y mantenerlo limpio” para evitar la proliferación de bacterias como la Legionella. Con esas dos truquitos deberías disfrutar de una buena refrigeración sin poner en riesgo tu salud ni cargarte el planeta en el proceso. Como cierra Tejero, “el empleo adecuado del enfriamiento evaporativo, junto con otras estrategias como la ventilación durante las horas más frescas del día, es una buena práctica a la que aún podemos recurrir en muchas climatologías españolas para refrescar nuestras estancias sin influir negativamente en el calentamiento global”.