Da igual que Mark Zuckerberg aparezca de vez en cuando con outfits street style de chándals y gorras. O que Elon Musk presuma por todos lados de ser un viciado al videojuego soulslike Elden Ring. Porque a la hora de la verdad, cuando no se trata de aparentar flow juvenil, cuando no se trata de fachada, sino de apostar por un tipo de mundo concreto, todos los millonarios terminan quitándose la máscara y tirando para el mismo lado. Y si no que se lo digan a Zohan Mamdani, el nuevo alcalde de la ciudad de Nueva York, socialdemócrata y proinmigración, que ha tenido que enfrentarse al rechazo y la influencia en contra de una larga lista de magnates.
Sí, como explican desde Business Insider, una gran cantidad de multimillonarios ha invertido muchísimo dinero en tratar de truncar la llegada de Mamdani a la alcaldía de la ciudad emblema de los Estados Unidos. Por una razón muy clara: se trata de un político con un claro discurso prominorías que, a lo largo de la campaña electoral, ha llegado a declarar que los multimillonarios no deberían existir. Una idea bastante sensata porque va a la raíz del problema: nadie debería ser tan sumamente poderoso mientras buena parte de la población lo pasa fatal día tras día. Implica que el mundo no está bien repartido. Que hay una injusticia social permanente.
Por eso Donald Trump o el propio Elon Musk han estado semanas y semanas dándole palmaditas en la espalda a Cuomo, el principal rival de Mamdani. Y por eso Mike Bloomberg, alcalde de la ciudad y dueño de la multinacional de medios de comunicación Bloomberg LP, ha donado alrededor de 4,4 millones de euros a los grupos de apoyo a ese otro candidato, demócrata pero mucho más afín a los intereses de los poderosos. No es ni mucho menos el único: Joe Gebbia, fundador de Airbnb, ha donado 2,6 millones para apoyar a grupos antiMamdani. Probablemente porque tiene miedo de que este nuevo líder ponga freno a los pisos turísticos que destrozan la ciudad.
Bill Ackman, Ronald Lauder, Jo Carole, William Lauder, Steve Wynn, Daniel Loeb, Barry Diller, Marcela Guarino Hymowitz, Richard Kurtz, Laurie Tish o Alice Walton son otros de los muchos nombres de esta lista negra. Algo de lo que Mamdani ha presumido. Al fin y al cabo, para un tío como él, con una visión muy clara de lo que está mal en el capitalismo actual, es un halago que este tipo de personas vayan contra él. En sus propias palabras, “tienen razón: somos una amenaza existencial para los multimillonarios que piensan que su dinero puede comprar nuestra democracia”. Y la gente está con él, como han demostrado las elecciones. ¿Estará a la altura del desafío?
