La gen Z está derribando gobiernos autoritarios en toda Asia

En Nepal. En Sri Lanka. En Bangladesh. La lucha civil tiene alma Z

Da igual lo mucho que intentes analizar la realidad para hacer pronósticos: te vas a equivocar. Y es que la historia nunca va exactamente por dónde sugiere que irá. Sí, en los últimos tiempos hemos presenciado un auge lamentable de la ultra derecha en todo el planeta. El regreso feroz del racismo. El amago de enterrar los avances feministas. La persecución del colectivo LGTBIAQ+. La vuelta de los autoritarismos. Un siglo XX 2.0. Pero no. Para sorpresa de mucha gente, de expertxs de todo tipo, la sociedad civil se levanta por doquier para combatir a esos viejos fantasmas, y es la generación Z, la que se tilda de estar perdida en el mundo digital, la que está llenando las calles para protestar.

Aquí en España para bloquear la Vuelta Ciclista. En Indonesia para defender sus derechos. Y, sobre todo, en Nepal, donde han conseguido derribar a un gobierno con el que no estaban contentos. Y es normal. Sin entrar en ideologías ni derivas políticas, lo cierto es que el gobierno nepalí llevaba bastante tiempo cansando a su ciudadanía: piensa que el 20,3% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, que miles de jóvenes se ven obligados a emigrar para prosperar año tras año y que, encima, para terminar de agotar la paciencia de la gente, decidió este mismo mes bloquear al acceso a 26 redes sociales. Lxs nepalíes sentían que estaban aislándoles del mundo. Y con razón.

Así que se echaron a las calles, liderados principalmente por una gen Z que, a diferencia de lo que quieren que pensemos de ella, no tiene nada de pasiva ni fatalista: es una generación guerrera que no está dispuesta a ver cómo su democracia se convierte en dictadura. Y no, no vamos a negar los disturbios. No vamos a negar que la protesta pacífica derivó en un enfrentamiento con las autoridades con un saldo terrible: al menos treinta fallecidos, más de mil heridos y edificios del gobierno quemados. Pero estas revoluciones raramente son impolutas. Sales a protestar, te echan encima policías con armas disuasorias y la cosa acaba mal. El gobierno debería hacer escuchado y ya.

En cualquier caso, y como decía, esto no es una acción aislada. En Sri Lanka o en Bangladesh también estamos viendo la fuerza de convocatoria y manifestación de la gen Z. Que sí, que es muy digital, pero que no tiene problemas en hacerse física y ocupar las calles de sus países. Para recordar que están ahí. Que su futuro sí importa. Y es bonito que aún haya gente capaz de recordarle al resto que la fuerza civil es la fuerza más poderosa que hay. El primer ministro nepalí dimitió finalmente. La primera ministra de Bangladesh tuvo que huir a India. El presidente Gotabaya Rajapksa de Sri Lanka tuvo que dimitir también. Cuando la gente grita unida no hay manera de silenciarla.