La crisis vital de los 30 y el retorno de Saturno

Entre los 27 y 30 años, Saturno vuelve a la misma posición que ocupaba en el momento de nuestro nacimiento, iniciando un nuevo período de autodescubrimiento

Algunos lo conocen como la crisis de los 30, aunque en la astrología se conoce como el retorno de Saturno. Entre los 27 y 30 años, Saturno vuelve a la misma posición que ocupaba en el momento de nuestro nacimiento. Este ciclo, que ocurre aproximadamente cada 29 años, se considera crucial, ya que se entiende que el retorno de Saturno implica que nuestra vida vuelve a volverse caótica y nos lo replanteamos todo.

Esto también pasa cuando nos aproximamos a los 30, sobre todo porque ya dejamos atrás esa segunda adolescencia que son los 20 y empezamos a ver que esto, la vida, va en serio. Y allí entran las dudas y las crisis. Sobre todo si empezamos a hacer cábalas de lo que tendríamos que haber conseguido en ese momento.

En términos astrológicos, Saturno simboliza la responsabilidad, la estructura, los límites y la madurez. Durante el retorno de Saturno, se dice que nos enfrentamos a desafíos relacionados con la llegada de mayores responsabilidades, tanto en el ámbito personal como profesional. Este período marca un punto de inflexión donde se realizan evaluaciones críticas sobre el rumbo de la vida y se toman decisiones importantes para el futuro.

Un ejemplo de como de real puede ser este retorno a Saturno es Ariana Grande. La artista lo menciona en su álbum con la canción “Saturn Returns Interlude”, mientras que Adele exploró temas relacionados en su álbum “30”. Estas referencias no solo destacan la relevancia cultural del retorno de Saturno, sino también su impacto personal y emocional en la vida de quienes lo experimentan.

Durante este período, es común que sintamos una presión interna y externa para establecernos y encontrar un sentido más profundo de propósito y dirección en la vida. Esto puede manifestarse en cambios significativos como la búsqueda de nuevas carreras, la toma de decisiones importantes en las relaciones personales (de repente lo dejas con tu novio de años o decides tener un hijo) o incluso la reevaluación de las metas a largo plazo (dejas el puto curro que tanto te amarga).

El retorno de Saturno también está asociado con una fase de autodescubrimiento y autoaceptación. Cuando nos acercamos a los 30 nuestra identidad ya está bastante formada, pero es precisamente por eso que necesitamos revisarla y volver ajustar nuestras prioridades. Lo que te parecía bien con 20 no tiene por qué encajar ahora. Esto en el fondo también supone autocuestionarnos a nosotros mismos y hacer que nos sintamos un tanto perdidos. Este proceso puede implicar enfrentar desafíos del pasado, sanar viejas heridas emocionales o superar obstáculos que impiden el crecimiento personal.