La cara B de Ballerina farm, la influencer tradwife

Un reportaje muestra cómo Hannah Neeleman es en realidad presa de su marido

En España las tradwifes han empezado a ser relativamente conocidas después del revuelo que se armó con la tiktoker RoRo, pero en Estados Unidos es un movimiento que ya hace tiempo que se extiende por redes. Una de las máximas exponentes es Hannah Neeleman, más conocida como Ballerina Farm, una destacada influencer y ama de casa que ha capturado la atención de millones a través de sus redes sociales.

Con 33 años, esta mujer mormona oriunda de Utah comparte su vida en una granja situada a 50 kilómetros de Salt Lake City, donde vive con su esposo y sus ocho hijos. Neelema, apareció por primera vez en los medios cuando concedió una entrevista al New York Times mientras participaba en un concurso de belleza en Las Vegas tan solo dos semanas después de haber dado a luz.

Neeleman, que se la tiene como máximo referente del movimiento tradwife, esconde una historia mucho más compleja de lo que pueda parecer. A pesar de que al hacer sus vídeos esté haciendo apología del movimiento tradwife, parece que Neeleman es más presa de la situación que participe, tal como se desprendía de un reportaje realizado por la revista The Times.

Neeleman, antes de casarse, creció en una familia mormona numerosa en Springville, Utah. Fue la sexta de nueve hermanos. Su familia era dueña de una tienda de flores, lo que inculcó en Hannah un amor por la naturaleza y la vida familiar desde temprana edad. A los 16 años recibió una beca para el programa de ballet de la Brigham Young University (BYU), lo que marcó el inicio de su carrera artística. Posteriormente, completó sus estudios de ballet en la prestigiosa Juilliard School de Nueva York.

Fue entonces cuando conoció Daniel Neeleman, también mormón y hijo de una familia con dinero propietaria de diversas aerolíneas. Neeleman presionó a Hannah para comprometerse a las tres semanas de conocerse, prometiéndole una vida de ensueño en un rancho de Utah. En la entrevista de The Times, Hannah explica cómo ese era el sueño de su marido y cómo ella se adaptó.

La reportera destacaba lo difícil que era encontrar un momento a solas con Hannah para poder hacer preguntas más personales de su experiencia como mujer, pues siempre estaba rodeada de sus ocho hijos, que la interrumpían constantemente, o de su marido, siendo él el que respondía por ella. Por ello costó mucho que Hannah dijera realmente cuáles eran sus auténticas aspiraciones.

Antes de ir a Utah el matrimonio vivió en São Paulo, Brasil, donde él trabajaba en una empresa de su padre. En ese momento, Hannah aún intentaba seguir con su carrera. En 2017 regresaron a Utah y comenzaron a buscar tierras para establecer su granja. Finalmente, en 2018 encontraron el lugar ideal y fundaron lo que hoy se conoce como Ballerina Farm.

Su vida en la granja es activa y multifacética: ordeña vacas, recoge huevos frescos y cocina en una cocina rústica y bien equipada. Aunque también ha explicado cómo hay semanas que no puede salir de la cama porque está exhausta. Dedica el 100% de su tiempo a los ocho críos, además de que cocina todo desde cero (sí, como Roro).

Al conocerse esta realidad y lo controlada que parece estar Hannah por su marido, casi presa, muchas personas en Tiktok pasaron de criticarla a verla como la víctima de la trampa que representa este ideal tradwife: te prometen que te libras del duro trabajo precario y de todos los dolores de cabeza que te impongan, pero, a cambio, tu marido se encargará de explotarte en casa hasta la saciedad y no tendrás opción a decidir.