Los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, basados en los cálculos de instituciones como el Banco de España o las Naciones Unidas, son muy claros: España necesita de unxs 300.000 trabajadorxs migrantes anuales para sostener el estado del bienestar. Sin ello no existirían las pensiones tal como las conoces. Ni sistema educativo. Ni sistema sanitario. Todo sería mucho más precario. Pero desear que vengan y cruzarse de brazos mientras se juegan la vida cruzando el océano es tremendamente indigno, motivo por el cual Pedro Sánchez ha estado fomentando la llamada migración circular durante su reciente gira por el continente africano. ¿Pero en qué consiste?
Como explican desde la edición en español de la CNN, “se trata de una herramienta que el gobierno utiliza para cubrir las vacantes en aquellos sectores que tienen más dificultades para encontrar trabajadores y, al mismo tiempo, cooperar con otros países a nivel internacional”, con la singularidad de que “una vez completado el trabajo el migrante debe regresar a su país”. La persona migrante obtiene trabajo e ingresos, la empresa una mano de obra de la que no dispone en el mercado nacional y el estado unas cotizaciones de las que depende para mantener el sistema actual. Todas las partes salen ganando de una manera u otra. De ahí que muchos otros países lo están aplicando también.
Así funciona el plan
En el caso de España, quien sufre una presión inmigratoria ilegal cada vez más intensa, existen desde hace años “programas de migración circular con Colombia, Ecuador, Honduras, Perú, Guatemala, Uruguay, Argentina, Marruecos, Mauritania, Senegal y Gambia”, además de contar con otros instrumentos de colaboración laboral con Guinea, Guinea-Bissau, Cabo Verde, Malí, Níger, México, El Salvador, Filipinas y Paraguay. Para que te hagas una idea, en 2024 se beneficiaron 20.514 trabajadorxs extranjerxs. Ahora, la idea es apretar con este plan para que más migrantes lleguen de manera ordenada, segura y temporal a nuestro país. La manera noble en la que debe actuar un país empático.
Además, y por si te lo estás preguntando, los programas de migración circular no son un te exprimo este año y hasta luego. Al parecer, explican desde el ministerio, “las contrataciones por este procedimiento se materializan a través de un contrato fijo discontinuo, una autorización de cuatro años de duración que habilita a trabajar un máximo de nueve meses al año”. Una circunstancia que da estabilidad a esa persona que necesita trabajar aquí para sacar adelante su vida y en muchos casos a su familia de origen, y que le proporciona la oportunidad de crecer y prosperar. ¿Hay voces críticas con el plan de Sánchez? Sí, como siempre, pero a nadie se le ocurre una propuesta más humana.