El lado oscuro de ‘Supervivientes’ y otros “realities” en Honduras

Las islas no son desiertas y vive gente que reclama sus derechos

Nos encantan los “realities”: nos entretienen, nos divierten, nos lo pasamos genial viéndolos. No hay nada mejor para olvidarnos de los problemas cotidianos y sumergirnos en la vida de otros. Pero, a veces, pueden esconder una cara oculta que desconocemos desde España.

“Supervivientes” y otros “realities”, por ejemplo, se graban en unas islas paradisíacas del Caribe en Honduras. Se llaman los “Cayos Cochinos”, y aunque en los programas puedan parecer islas desiertas en las que no vive nadie, en realidad pertenecen a un pueblo de indígenas llamados garífunas que las habitan desde hace más de 200 años. Los garífunas consideran las islas como su territorio ancestral, “donde pescaron sus abuelos por dos siglos”, explican en un reportaje de El Faro, un medio independiente centroamericano.

Denuncian que les impiden pescar

Desde hace años, la población denuncia que cuando los programas de entretenimiento se graban, la guardia costera, acompañada de soldados, les impide pescar, para que las escenas de los programas y la atmósfera de isla desierta y virgen no quede “manchada” por la presencia de las comunidades locales.

En otro reportaje para El Confidencial, Juana Martínez, una mujer garífuna, afirmaba que hay áreas que están completamente vedadas para ellos, donde no pueden ni pasar, porque les coge la cámara y “entonces se rompe esa ilusión de que las islas están deshabitadas”. Según cuenta el artículo, la comunidad no recibe nada del dinero que los “realities” pagan a la fundación pública que controla las islas, ni lo ven reflejado en mejores servicios públicos. Las comunidades viven de la pesca, pero cuando los programas se graban, en producciones que suelen durar unos 4 meses, no pueden pescar en los sitios en los que solían hacerlo. Para asegurarse de que no entran en esas zonas, los garífunas denuncian que hay militares en la zona para impedírselo.

Desprotegidos, en el año 2019 quisieron reivindicar sus derechos y protestar. Como cuenta El Faro, un grupo de pescadores de la comunidad se echaron al mar con la intención de recuperar lo que consideran suyo. Tocaron los tambores como parte de un ritual de batalla mientras llegaban a la playa donde se estaba grabando la versión italiana de “Supervivientes”. Y los concursantes salieron a encontrarlos bailando, porque pensaban que era parte del espectáculo.

Mientras las poblaciones luchan para que se escuche su voz, a nuestras casas solo llega el ruido de la televisión, sin saber que lejos de ser islas desiertas, los programas de entretenimiento esconden la realidad de Honduras, un país que no está colgando en el vacío. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó en diciembre de este año a Honduras por violar los derechos de la propiedad de los indígenas garífunas.

Cabe resaltar que El Confidencial se puso en contacto con la productora de Supervivientes España para el reportaje, pero no recibieron respuesta.