Bulos sobre inmigración desmentidos por la ciencia

Ni nos están invadiendo ni le chupan la sangre al Estado

Una causa injusta necesita de argumentos injustos. Es la única manera que tiene de sostenerse en el tiempo. Y la causa antiinmigración es una prueba clarísima de ello: se fundamenta alrededor de unos cuantos mantras que, a la luz de la ciencia, y según explican en una publicación en The Conversation las epidemiólogas Miriam Navarro y Susana Monge, se desmoronan sin remedio. Por ejemplo, y se trata de uno de los más valiosos para el discurso xenófobo, aquello de que los inmigrantes nos invaden. Como explican estas expertas, “la proporción representada por los migrantes internacionales era solo de un 3,6%, habiendo aumentado proporcionalmente menos que la población mundial”.

Y luego está lo de que nos roban los recursos. Ay los migrantes ladrones. Ay que nos dejan sin nada. En palabras de Navarro y Monge, “la evidencia científica muestra cómo los migrantes usan muchos menos recursos sanitarios que la población autóctona”. Tanto aquellos que se encuentran en situación irregular como los que se hallan en situación regular. Los primeros, además, no consumen recursos asociados a derechos laborales porque lxs empleadorxs lxs explotan a escondidas del sistema. Y todo eso por no hablar de que “la migración constituye un factor de alivio de la crisis demográfica y que es beneficiosa para el mercado laboral”. Sin ella estaríamos perdidos. De verdad.

Que no te coman la cabeza con información manipulada

Ah, bueno, vale, pero es que todxs lxs migrantes vienen aquí a Europa y es demasiado. Mentira. Como cuentan estas especialistas, “la gran mayoría de las personas que migran no cruzan fronteras internacionales, sino que permanecen dentro de sus países”. A veces lo olvidamos, pero un gaditano como yo, que tuvo que abandonar su tierra y mudarse a Madrid para poder tener trabajo, porque allí abajo nos han dejado solo para turismo y pesca y poco más, es un migrante con todas las letras. Además, y en términos de migración internacional, “Europa y Asia están más o menos al mismo nivel como receptores de inmigración”. Que no te coman la cabeza con información manipulada.

Y para terminar está el más absurdo de los bulos: que los migrantes nos traen enfermedades que nos van matando poco a poco y que llevarán nuestra civilización a la ruina. “Nada más lejos de la realidad. Hace ya varias décadas se describió un fenómeno conocido como efecto del migrante sano, que describe que la población migrante, independientemente de su origen, tiene un nivel de salud mayor que el de la población autóctona tanto de su país de origen como del país de destino”. A partir de ahí, y debido al racismo que pueden llegar a sufrir y la falta de cobertura médica, muchxs migrantes empeoran paulatinamente. Una vergüenza para nuestros llamados estados del bienestar.