La clave para tener buen sexo está en la sincronicidad del sistema nervioso: consejos para hacerlo

Dos corazones que laten al unísono. Dos respiraciones con idéntico ritmo

La sincronicidad fisiológica, también conocida simplemente como sintonía, es uno de los fenómenos más interesantes de la interacción entre seres humanos: tiene lugar cuando dos personas con un vínculo emocional muy significativo están muy cerca la una de la otra y sus cuerpos comienzan a tener respuestas inconscientes gemelas. En palabras de la doctora Emily Jamea, “cuando la frecuencia cardíaca de una persona disminuye, la de la otra también lo hará; cuando la respiración de una persona se acelera, la de la otra hace lo mismo”. Tú y tu pareja entráis en modo amor. Vuestros organismos funcionan casi como uno solo. Un estado que os permite comprenderos mutuamente mucho mejor.

De hecho, y según la propia Jamea, “investigaciones previas han encontrado que la sincronicidad fisiológica se correlaciona con la empatía, los sentimientos de cercanía y el bienestar relacional”. Pero esta sintonía no funciona únicamente en el plano emocional. Al parecer, cuenta esta psicóloga especializada en sexualidad, “investigaciones anteriores han encontrado que las parejas con altos niveles de sincronicidad tienen más probabilidades de informar sentirse sexualmente satisfechas, y también se ha descubierto que la sincronicidad fisiológica predice la atracción física”. Te ponen más las personas cuyos cuerpos laten y respiran junto con el tuyo. Tu mente adora esa bonita armonía.

Cuando no hacen falta las palabras

Y ahora un nuevo estudio ha querido comprobar si efectivamente la sincronicidad del sistema nervioso afecta a la calidad del sexo. Para ello, las científicas responsables reunieron a 58 parejas heterosexuales que habían estado juntas una media de tres años y medio y midieron sus constantes vitales mientras realizaban tareas normales y tareas sexuales en otra habitación. ¿El resultado? “Encontraron que ocurría una sincronicidad significativamente mayor durante la actividad sexual en comparación con las tareas no sexuales”. En este sentido, dice Jamea, quizás la clave del buen sexo no sea tanto la comunicación con palabras como la comunicación de los cuerpos.

¿Que por qué ocurre esto? De momento no se sabe y todo lo que tenemos sobre la mesa son hipótesis. La más sólida sugiere que la sintonía es un mecanismo que proporciona calma a ambas personas y que es precisamente esa calma la que permite “disfrutar de los componentes relacionales y emocionales de la experiencia sexual”. Además, la sincronidad parece entrenarse inconscientemente, lo que significa que todos esos latidos al unísono y esas inspiraciones al unísono fomentan la sintonía fuera de la cama, de manera que “una mayor sintonía durante el sexo profundiza el grado en que podemos responder a los cambios en las señales emocionales de nuestra pareja”.