Razones de las parejas desenamoradas para seguir juntas

Ninguna es lo suficientemente fuerte como para mantener un vínculo infeliz

Es una realidad estadística que la mayoría de las relaciones románticas terminan en algún punto. Y cada vez es más así: resulta muy difícil ya encontrar parejas que duren juntas décadas y décadas como ocurría con tus abuelxs. Las cosas han cambiado. Además, muchas de las que sí lo hacen no están enamoradas. Ya no sienten lo que deberían sentir. Ya no admiran a la otra persona. Ya no la desean románticamente. Ya no les hace sentir completas. Permanecen unidas por razones que nada tienen que ver con el amor verdadero. La más clásica de todas, la que más se repite, es el sentimiento de culpa por hacerle daño a la otra persona. Pero existen muchas otras más.

Como el miedo a la soledad. Por eso, y según cuenta el neuropsicólogo Aldrich Chan en una publicación de BestLife, “aprender a estar feliz y contento por uno mismo es importante antes de buscar compañía”. De lo contrario, te quedarás en relaciones infelices o encadenarás una relación tras otra sin mucho criterio ni autorresponsabilidad. De todas formas, en las relaciones muy largas es normal desaprender a estar solx y sentir que no estás preparado para ello. Para conservar esa autosuficiencia, debes mantener saludable tu vida social ajena a tu pareja e involucrarte en actividades sin ella. De esa manera te recordarás a ti mismx siempre que solo también estás bien.

Además, Chan también apunta al miedo al cambio como otra de las razones por las que mucha peña no sale de relaciones sin amor. La zona de confort tira mucho. En sus propias palabras, “el cambio puede ser intimidante y algunas personas permanecen en una relación simplemente porque temen a lo desconocido”. ¿Solución? No escuchar a esa vocecita cobarde de tu cabeza que te miente. Porque te miente: nada garantiza que lo que está por venir sea peor. Es más, y si lo analizas bien, ya eres desgraciadx porque compartes tu vida con alguien que no te llena, así que cualquier otra cosa que venga estará bien en comparación. Te has olvidado de lo que significa ser feliz.

Y luego están todas esas razones que podríamos meter dentro del cajón de la practicidad. Como el hecho de que trabajéis juntos y tendríais que veros absolutamente todos los días. O el hecho de que compartáis vínculos financieros como una hipoteca o una dependencia económica para salir adelante. O el hecho de que tengáis hijxs. Es jodido. Son factores que verdaderamente complican las cosas. Dicho esto, nada de ello resulta insalvable y no deberían ser el pegamento que mantiene unidas a dos personas infelices. Ni tirar la toalla a la primera de cambio y no trabajar en soluciones cuando las cosas van mal ni quedarse contra viento y marea cuando claramente la cosa está muerta.