Lxs jóvenes cada vez nos sentimos más solxs. Lo dicen los datos: el 70 % de nosotrxs sufre o ha sufrido soledad no deseada en algún momento de su vida y actualmente afecta a uno de cada cuatro jóvenes en España, según el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada.
La soledad no deseada es, como su nombre indica, aquella que no queremos, ya que mucha gente vive su soledad a gusto, pero cada vez más nos sentimos solxs, aislados, y eso tiene un impacto en nuestra salud mental. ¿Qué pasa cuando a pesar de tener amigos, nos sentimos así? ¿Hay algo malo en nosotrxs?
Es mucho más común de lo que pensarás. La soledad es subjetiva: no se trata de la cantidad de relaciones que tengamos, así tengas uno o 10 amigxs, sino de la calidad y lo que significan para ti esas personas. Tener amigxs no significa de facto que estos mantengan una relación emocional profunda contigo. Quizá en el fondo, hay algo que no está terminando de funcionar entre vosotrxs. Puede ser, por ejemplo, que tengas una amiga con quien hablas de temas profundos, pero no sepa interpretar tus emociones. Eso también te hará sentir solx.
Sentirse conectado significa estar rodeado de personas con las que nos sentimos abiertxs y disponibles, a las que podemos aportar nuestro yo real y nos sentimos seguros al hacerlo. Como nos explican en Harley Therapy, la conexión implica ser tú mismo con las otras personas. Si estás demasiado pendiente de cumplir con lo que piensan lxs demás, puede que te resulte difícil ser simplemente tú mismo.
La sensación de aislamiento también ocurre cuando nuestras expectativas no alcanzan. Con las redes sociales, es fácil que nos comparemos con los demás y pensemos que ellos tienen más amigxs que nosotrxs o relaciones más fuertes. Eso puede distorsionar nuestra visión de lo que es común como amigxs, y hacernos sentir más solxs. Por ejemplo, tienes una amiga que te llena y te hace sentir querida, pero como no tienes un grupo grande de amigxs, sientes que estás fracasando y eso te hace sentir solx.
No todo lo podemos achacar a nosotrxs, hay situaciones en la vida, como mudarse a un sitio nuevo o empezar en un entorno nuevo (ya sea el trabajo, la carrera) nos puede forzar a estar con gente con la que no encajamos, ya sea porque tenemos gustos y opiniones muy distintxs. Crear y mantener relaciones más profundas implica ser vulnerable y abrirse a los demás, así como escuchar activamente y mostrar empatía.