Las rupturas, salvo que hayas vivido una relación dolorosísima por culpa de la otra persona, son siempre muy complicadas. Después de todo, no tienes ninguna intención de hacerle sufrir: simplemente ya no deseas seguir a su lado. La tristeza se mezcla con la culpa. Lo pasas muy mal viéndole llorar. La incomodidad de la situación se te atraganta. Quieres que termine ya. Quieres escapar de ahí para quitarte todo ese peso de encima. Y, con una urgencia así empujándote en la espalda hacia la puerta, es normal que recurras a determinadas frases hechas manidas escritas a fuego en el recetario clásico de las rupturas. ¿El problema? Muchas de ellas empeoran muchísimo las cosas para la otra persona.
Como esa de “te mereces algo mejor”. ¿O crees que tu ex va a tragarse esa mierda? En palabras de la experta Lisa Lawless, en un artículo para la revista BestLife, “la gente no rompe con una pareja porque esta sea demasiado buena para ellos; hay razones más intrincadas y darlas con sinceridad es siempre el mejor camino a seguir”. No hagas que atraviese la ruptura desde las dudas. No le hagas sentir que le haces un favor. Sé honestx. Es más duro ahora pero le ayudará en el futuro. En la misma línea, evita el horrible “no eres tú, soy yo”. Es manipulador y no te honra. Le estás dejando porque ya no te interesa lo suficiente. No porque estés en determinado momento de tu vida. No le des esperanzas.
Y mucho menos le digas “sigamos siendo amigos”. Quizás en un futuro lejano pueda darse. Quizás seáis de esas ex parejas que se llevan bien y se cuidan como verdaderos amigxs. Pero en este preciso instante en el que le estás dejando, en el que estás provocándole accidentalmente un dolor inmenso, no le sueltes esa frase porque le destrozas. Ahora mismo odia la idea de ser tu amigx. Solo piensa en ti de una manera. Dale tiempo. Además, intenta que no se escape de tu boca la frase “esto no funciona” si la causa es que no estás enamoradx. Harás que durante días le dé vueltas a la cabeza pensando que puede convencerte de que podéis hacer que funcione. Que es una cuestión práctica. Pero no lo es.
Por último, y probablemente sea la peor de todas, está la famosa “esto es tu culpa”. Una frase que incluso quienes sienten compasión por la otra persona pueden llegar a decir como consecuencia de no ser capaces de tolerar el sentimiento de culpa. Por supuesto, es demoledora y de una crueldad bestial. Como dice la psicoterapeuta Rich Heller en el mencionado medio, “la culpa nos lleva a renunciar a nuestro sentido de elección” y a decir cosas muy poco elegantes y justas que no están a la altura de lo que somos. Está claro: dejar a alguien es una de las experiencias más desagradables que vivirás en tu vida. Pero peor es que te dejen. Hazte responsable de ello y cuídale también en el adiós.