Que haya tantísimos perros encerrados en jaulas en perreras de toda España y tantísimos gatos salvajes pasándolo mal tiene dos responsables: quienes les abandonan cruelmente y quienes los crían como si fueran productos de consumo. Y los poderes legislativos se están poniendo las pilas para combatirlo. Sí, en España, y desde la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal, los particulares ya no pueden dedicarse a la cría y venta de animales de compañía. Es ahora una actividad restringida únicamente a los criadores registrados. Sin embargo, estos no siempre hacen las cosas bien, y un acuerdo provisional de la Unión Europea comenzará a ponerles límites.
En concreto, y como explica la periodista Amparo Babiloni, el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo han aprobado un paquete de normas que afectarán tanto a los criadores como a las tiendas de animales. Entre las más destacadas, el establecimiento de un límite de edad para las perras y gatas usadas para la cría, así como de una frecuencia máxima entre sus diferentes camadas. Porque no: en pleno siglo XXI no podemos seguir permitiendo que algunas gentes traten a estos animales como si fuesen fotocopiadoras sin necesidades propias. Es demasiado horrible. Además, también está la prohibición de la reproducción entre parientes de una misma familia.
No son las únicas. Como apunta Babiloni, “si una hembra de perro o gato ha sido sometida a dos cesáreas, se deberá retirar de la cría para proteger su salud”. Es la que debería ser la prioridad número uno. También se van a prohibir los cruces con especies silvestres como los lobos, los cruces destinados a generar especies con rasgos extremos como los hocicos demasiado planos o las patas demasiado cortas y las mutilaciones de colas y de orejas. Ah, y todos los perros y gatos que se vendan o se entreguen en adopción tendrán que incluir microchipados para estar registrados en la base de datos nacional y poder ser monitorizados. Son cambios trascendentales.
Pero el acuerdo va más allá de las condiciones de cría: también establece una serie de obligaciones de cuidado durante la fase de venta o adopción de los animales. Como la de ofrecerles un entorno cómodo, espacioso y con buen confort térmico. Adiós a las vitrinas y a las jaulas. O la de mantenerlos sanos. O la de ofrecerles regularmente la oportunidad de salir al exterior. O la de que al menos un cuidador del establecimiento reciba formación oficial sobre cuidado de crías. Es, sin duda, un acuerdo que puede cambiar mucho las cosas y hacer que este negocio tan lucrativo sea más empático con los animales. Se espera que entre en vigor aproximadamente en 2028.
