“Es despedirme de un familiar que me ha acompañado durante 13 años”, explica el dueño de una perra que, debido a unas complicaciones intestinales incurables, tuvo que sacrificarla para que dejase de sufrir. Tras decirle adiós por última vez, empieza el luto. Un luto largo y doloroso, sobre todo, “porque todavía es muy común que te digan que ‘solo es un perro’ […], todavía no se entiende bien el vínculo entre animal y humano, uno muy fuerte que solo se explica si se ha vivido”, como explica la psicóloga Martina M. Cartwright. Superar la muerte de una mascota es duro, “para muchos es el primer contacto con la muerte”, añade la psicóloga, así que, si no se gestiona bien, puede acabar hundiéndote en el más profundo de los pozos emocionales. Por eso, existen organizaciones que intentan ayudar a esas personas de luto por un animal a superarlo.
“El duelo por una mascota puede ser similar al duelo por la pérdida de un miembro de la familia. Algunos propietarios experimentan sentimientos de profunda soledad y aislamiento, y también vergüenza por sentirse así por un ser no humano. Es posible que algunas personas no comprendan los intensos sentimientos de tristeza que están sintiendo. Y nosotros estamos aquí para ayudarlos”, explica la RSPCA Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, una de las encargadas de facilitar este servicio.
“Lo que he aprendido trabajando aquí es que, además de la terapia con expertos, necesitas contacto con personas que han compartido una experiencia similar. Ahí es donde está el confort, en hablar con familias que hayan perdido la pérdida de sus mascotas y que estén experimentando el mismo dolor que tú”, asegura una trabajadora de Cats Protection, otra ONG británica dedicada a la protección de gatos y al asesoramiento de sus propietarios. Para lograr este objetivo, la organización dispone en su web un foro donde compartir las historias y hacer un luto colectivo. “Muchas personas tienen mascotas para sobrellevar la soledad, quedarse sin ellas es quedarse sin su principal compañía, con ese ser con quien comparten su intimidad”, afirma otra trabajadora.
Además, la bajona te puede dar en cualquier momento: “recordemos que a menudo se madruga más para atender al animal, se vuelve antes para pasear juntos, etc.”, añade la fundación asistencial Mario Losantos del Campo, entonces, tras la muerte de la mascota viene “la reestructuración de las rutinas, el cambio en las costumbres que se tenían con la mascota, adaptar de nuevo los horarios de comidas… por lo que al principio se hace extraño pasar ese tiempo en casa sin la compañía de la mascota”. Para estos últimos casos, Cats Protection ha habilitado un número anónimo parecido al teléfono de la esperanza el que se usa para evitar suicidios, con expertos y voluntarios que te ayuden a hablar sobre la pérdida, la soledad y la tristeza. Es decir, para llamar en los momentos emocionalmente más bajos y poder salir de este bache, tan frecuente y, todavía hoy en día, tan incomprendido.