Que durante toda la historia de la humanidad las mujeres han cargado sobre sus espaldas con todas o casi todas las responsabilidades domésticas no es ninguna novedad. La diferencia dentro de las parejas ha sido brutal y, aunque se empiezan a notar cambios, sigue habiendo demasiada desigualdad. Lo que no sabíamos es que, como ha demostrado un nuevo estudio publicado en la revista especializada Demographic Research, los hombres dedican menos tiempo al día a cuidar de la casa que las mujeres incluso cuando ambxs viven solxs. No hay nadie más que pueda hacerse cargo de las cosas. No pueden delegar. Y aún así la diferencia de tiempo está ahí: en España es de 59 minutos.
¿Que por qué ocurre esto? Según la periodista experta en demografía Mayte Rius, y basándose en las declaraciones del autor principal de la investigación, Joan García-Román, la principal razón podría estar en que el estándar de limpieza no es el mismo para ambos. A ellos les basta con menos. Ellas necesitan hacer más para sentirlo limpio y en orden. Una cuestión que tiene sus raíces en la educación de género que ha impartido la sociedad durante siglos y milenios. A ellas se les ha hecho responsables del cuidado del hogar desde pequeñitas y a ellos no. A ellas se les ha enseñado a sentirse culpable cuando la casa no está bien. A exigirse muchísimo más. Ellos están libres de esa presión.
Pero no es el único dato interesante del estudio. Además, García-Román también descubrió que las mujeres que viven solas dedican 40 minutos menos al día a las tareas domésticas que aquellas que conviven con una pareja e hijos, mientras que los hombres que viven solos pasan 24 minutos más al día limpiando, preparando la comida y ordenando la casa que aquellos que conviven con una pareja e hijos. Es fácil sacar conclusiones. Ellas hacen más en pareja. Ellos más en soledad. Porque cuando conviven una mujer y un hombre el peso recae sobre ella y encima tiene más que limpiar y ordenar porque hay más gente ensuciando y desordenando. Y a veces también exigiendo.
Todo esto demuestra que la igualdad social e interpersonal sigue siendo una aspiración. Y no vamos a darle la espalda a los datos: la brecha de género en torno a los cuidados domésticos se está cerrando poco a poco en muchos países del mundo, entre los que se incluye España. Pero, apunta Mayte Rius, no es necesariamente porque los hombres estén haciendo mucho más que antes: es que las mujeres están haciendo menos que antes porque se están liberando de la presión que sentían sus madres y abuelas y porque hay tecnologías que facilitan dichas labores. Cuidado con eso. No celebremos más de lo que merece ser celebrado.