¿Cuántas veces a lo largo de tu vida has pensado eso de estoy leyendo mucho menos de lo que me gustaría? En un mundo tan exaltado, tan loco, tan sobreestimulado como este en el que vives, alejarse del ruido en un huequito para sumergirse full en la lectura resulta mucho más difícil que nunca. Y ya no solo por las redes sociales, las series en streaming y los videojuegos. También porque tu vida social es casi constante. Con lxs colegas de siempre. Con lxs compañerxs de universidad. Con tus dates. Le está pasando a mucha gente. Y en Estados Unidos unas cuantas personas han decidido ponerle solución: están combinando la socialización con la lectura a través de fiestas para leer.
Sí, has leído bien. Y no, no se trata del típico club de lectura. En estas fiestas no vas de tranqui a una cafetería para pedirte una merienda bien rica y contar qué te ha parecido la última novela propuesta. “Básicamente se trata de fiestas -y sus creadores recalcan: fiestas, no clubs de lectura- en las que los lectores se anotan, acuden al lugar indicado con un libro e intercalan lectura y charla con música de fondo”, cuentan desde Xataka. Vas a un restaurante, te acomodas en un silloncito, lees durante treinta minutos y luego, cuando la organización avise, te pones a debatir sobre temas random con la peña. Y si te apetece pues te echas unos bailoteos. O ligas. Lo que sea que hagas de fiesta.
Una manera de leer en comunidad
Para lxs creadorxs de esta iniciativa, la clave de su éxito está en rodear a la lectura de compañía. En palabras de Ben Bradbury, uno de los fundadores de Reading Rhythms, el grupo que inventó esta propuesta, la magia de estas quedadas está en la armonía entre “la soledad de la lectura con el componente social de la conexión”. Y está funcionando muy bien. A la gente le mola. Tanto que ya no solo celebran fiestas en la ciudad de Nueva York; también en Washington y en Londres. Además, parece ser que se está extendiendo libremente por otros rincones del mundo como Los Ángeles o incluso Roma. No tardará en llegar a las grandes ciudades españolas. Es cuestión de tiempo.
Para quienes son muy sociales y les cuesta encontrar ratitos para leer estas fiestas son estupendas. Pero para quienes aman leer y encuentran problemas a la hora de socializar son una maravilla. Como apuntan desde el citado medio, “hay quien ha encontrado en los Reading Rhythms una oportunidad de conocer gente nueva y, quizás, con suerte, una pareja”. De hecho, el propio Bradbury conoció a su actual novia en uno de estos eventos de lectura festiva. Habrá quien vaya con unas motivaciones. Habrá quien vaya con otras. Y habrá quien simplemente vaya a ver qué pasa. Sea como sea, es una experiencia que merece la pena probar. Mejor que andar de scrolling en casa.