“Saltburn”: ¿Por qué nos fascina tanto la vida de los ricos?

La aspiración y un deseo oscuro de ver sufrir a los ricos podría ser la respuesta

¿Qué serías capaz de hacer para volverte ricx? ¿Por qué lxs ricxs nos fascinan tanto? La película Saltburn (2023) hace una apología de la riqueza y la ostentación que ha llenado las redes de polémica. El cortometraje, uno de los más comentados y que más atención secuestra en internet, ilustra cómo el joven Oliver Quick (Barry Keoghan) -en teoría un hombre ordinario- accede al mundo privilegiado de Felix Catton (Jacob Elordi), un joven estudiante de Oxford. Durante la película, observamos un mundo escondido para el resto de mortales comunes, en el que nos seducen la aspiración y, en el fondo, el deseo oscuro de ver sufrir a aquellxs que parecen tenerlo todo.

“Saltburn”, de la directora Emerald Fennell, es una comedia dramática sobre la fascinación malsana que nos provocan los ricos y el privilegio que les acompaña. Oliver pasará el verano en Saltburn, el castillo en el que reside la familia de Felix. En este escenario, Oliver buscará ascender en la escala social a través de la seducción de los miembros de la familia, en todos los sentidos. La película se ha convertido en un ejemplo del nuevo paradigma en la promoción del sector audiovisual. Sus escenas y los planos cortos de Jacob Elordi funcionan a la perfección en TikTok.

¿Por qué nos gustan los súper ricos?

La fascinación por el mundo de los súper ricos la explica bien Ruperto Neate, periodista de The Guardian: “Nunca quise ir a una universidad de Oxford hasta que vi Saltburn. A pesar de informar sobre las vidas de los superricos del mundo durante los últimos siete años, nunca quise ser increíblemente rico. Después de ver Saltburn, tengo muchas ganas de serlo”.

El periodista también explica cómo a pesar de sus grandes fortunas, las personas superricas parece que a la vez lleven una carga de estrés y trabajo muy grandes. Sin embargo, la película hace que tanto Oxford como la riqueza parezcan ridícula y fabulosamente divertidas.

En los últimos años, la cultura pop ha sido testigo de un aumento en la fascinación por las vidas de los británicos ricos, particularmente cuando exhiben un comportamiento que podría considerarse poco admirable. ¿Qué hace que los aristócratas británicos sean sujetos particularmente atractivos para las narrativas de la cultura pop? El estilo de vida aristocrático tiene un atractivo innegable. Las extravagantes propiedades históricas, los excelentes restaurantes, los opulentos guardarropas, especialmente tal como se presentan en libros, películas, televisión...

Crean un deseo aspiracional en la audiencia o el lector por tal privilegio. No podemos evitar imaginar cómo sería ser parte de este mundo de élite, aunque muchos de nosotros nunca decidamos admitirlo. Nos crea también mucha fascinación la ubicación de la película. Aunque nunca queda realmente clara, se filmó en Drayton House en Northamptonshire, una mansión catalogada de primer nivel, con 127 habitaciones. Data del siglo XIII y ha sido propiedad de la familia Stopford Sackville desde la década de 1770.