La razón por la que siempre amaneces cansadx

No son las horas de sueño. Son sus fases

Estás hasta el mismísimo ano de la misma historia: no cenas nada durante las dos horas anteriores a meterte en la cama, intentas alejarte un poco del teléfono media hora antes de intentar dormir y duermes aproximadamente ocho horitas. Es la fórmula de descanso que has leído y escuchado un trillón de veces de boca de todo tipo de especialistas de la salud. Pero a ti no te funciona. Cada mañana, casi sin excepción, abres los ojos e inmediatamente sientes el inexorable peso de una mente y un cuerpo cansados. Y maldices a la vida. Y te preguntas qué has hecho tú para merecer tanto sufrimiento. Carla Estivill, experta en calidad del sueño, tiene la respuesta: es cosa de las fases del sueño.

Como explica en esta entrevista con el youtube Uri Sabat, “durante la noche pasamos por diferentes fases de sueño: empezamos en vigilia, luego entramos en una fase superficial cuando comenzamos a relajarnos, y posteriormente caemos en las fases profundas, conocidas como fases 3 y 4, donde ocurre la reparación física más importante”. Y si te despiertas en una de estas últimas dos fases, si el ruido del camión de la basura las interrumpe, o el movimiento de tu gato, o los codazos involuntarios de tu pareja, o el final apoteósico de una pesadilla horrible, “el sueño se vuelve superficial nuevamente, impidiendo un descanso reparador”. Estás dormidx, sí, pero no en profundidad.

El problema está en la identificación de esas interrupciones. Al fin y al cabo, y según especialistas como Estivill, en muchas ocasiones no eres consciente de lo mucho que te has microdespertado a lo largo de la noche. Estabas grogui. Estabas medio oníricx. Y has olvidado que abriste los ojos. En este sentido, lo único que puedes hacer es elucubrar: si el camión de la basura pasa al ladito de tu ventana, tienes un gato con permiso para entrar en tu habitación y subirse a tu cama o duermes en pareja, es probable que experimentes interrupciones en tu descanso y que esa sea la razón de que todas las mañanas tengas cara de apio y alma de zombie. Debes implementar soluciones.

Como usar tapones y antifaces para aislarse del ruido y de los posibles fogonazos de luz. O cerrar la puerta de la habitación para que ninguna de tus mascotas perturbe tu sueño. O comprar una cama más grande para no andar a la gresca nocturna con el cuerpo de tu pareja. De hecho, incluso podéis plantearos dormir en camas separadas. No es tan romántico pero puede ser más saludable. Y al otro día estaréis de mucho mejor humor y os daréis más abracitos y besitos. Y no solo eso: durante la noche consolidaréis mejor vuestros aprendizajes y recuerdos, lo que tendrá un impacto en vuestra vida académica, profesional y social. La cantidad de sueño importa. La calidad también.