Miley Cyrus ha roto otra récord esta semana al convertirse en la persona más joven en recibir el premio Leyendas de Disney, el galardón que organiza el conglomerado mediático y que le entregaron a la estrella estadounidense en su convención bianual D23 en California.
Los premios reconocen el impacto de su carrera en el legado Disney, algo que la joven hizo al encarnar el personaje de Hannah Montana, una chica normal que vive su adolescencia teniendo una doble vida: la de una joven del montón que va al instituto y tiene problemas como cualquier otra, y la de una cantante famosa a nivel mundial que acumula éxitos a sus espaldas. Es por este papel y por lo que significó para muchxs jóvenxs que Miley Cyrus, de 31 años, ha recibido el galardón Leyendas Disney, siendo la más joven en ser reconocida hasta el momento.
Miley Cyrus se emocionó en su discurso: “Voy a contaros un pequeño secreto de Disney Legends: las leyendas también se asustan. Yo tengo miedo ahora mismo. La diferencia está en que lo hacemos igualmente y cada uno de vosotros puede hacerlo cada día. Es legendario tener miedo y hacerlo igualmente. No existe el fracaso cuando lo intentas”, añadió.
Aceptar el cambio
Su concepción del éxito es especialmente valiosa si se analizan los altibajos de su carrera y cómo ha evolucionado hasta ser una multimillonaria exitosa y artista de primer nivel. La carrera de Miley Cyrus demuestra que el éxito llega si aceptas el cambio y la evolución que llega con las distintas etapas vitales.
Su papel como Hannah Montana empezaba tan solo con 11 años, en 2005, hará ya casi dos décadas. Tras el éxito arrollador de la serie, que inspiró a muchxs niñxs y que fue un fenómeno global sin igual, la despedida llegaba en 2011, situándose para entonces como una de las jóvenes actrices de Hollywood más ricas entre su rango de edad. Y ahí empezó su tremenda evolución que le trajo críticas y la peor cara de una industria todavía machista y desacostumbrada al poderío femenino.
Con la publicación de su álbum Bangerz, por ejemplo, hizo toda una declaración de principios, con la que se deshacía totalmente de la imagen cándida e infantil que había tenido hasta entonces. En 2013, cambió la cultura popular al montarse en una bola de cemento colgante para su actuación de Wrecking Ball.
Fueron esas salidas del tono esperado y sus idas y venidas con el actor Liam Hemsworth las que muchas veces marcaron las críticas. Pero con el tiempo, también han demostrado ser sus fortalezas, ya que en ella muchas chicas han podido reconocerse como un ejemplo de lo que significa evolucionar en la vida, caer hacia lo más bajo y luego resurgir de las cenizas.