Pasos para recuperarte de un despido

Debe haber una fase de descanso, una fase de análisis crítico de tu carrera y una fase de acción

Te han despedido de tu trabajo. Y no importa si te ha pillado desprevenidx o si te lo venías oliendo desde hacía un tiempo: sigue siendo una experiencia de mierda. Una para la que nunca se está preparadx del todo. Primero, porque duele en el ego. Eso es indudable. Al fin y al cabo, se siente como una especie de rechazo social. De expulsión del grupo. Segundo, porque te sumerge inmediatamente en un mundo de dudas e incertidumbre que, si tienes tendencia a la ansiedad y a la rumiación catastrófica, puede deteriorar mucho tu salud emocional. Por suerte, y según el especialista Ronald E. Riggio, existe una hoja de ruta para recuperarse más rápidamente de un despido y minimizar los daños.

Y esa hoja de ruta comienza con un buen descanso. Sí, los miedos te dicen que te pongas inmediatamente a buscar otro curro, pero en buena parte de los casos la cosa puede esperar unos días. Te mereces esos días. Visita a tu familia. Y a tus amigos. Escápate unos días al campo. Da paseos por los parques. Cocina con amor. En definitiva, “participa en un mejor autocuidado”. Ya habrá tiempo de ponerse manos a la obra. Ah, y aprovecha esas visitas para comunicarle a quienes quieres cómo te sientes. En palabras de Riggio, “tu sistema de apoyo conoce tus buenas cualidades y te recordará que tienes mucho que ofrecerle a las empresas”. No te consumas en la inseguridad. Compartela. Es sanador.

Ok. Has descansado, has conectado con quienes te importan y has reconectado contigo mismx. Es hora de volver a pensar en tu carrera. Pero con capacidad crítica: “Tienes mucho tiempo. Aprovecha la oportunidad para reflexionar sobre lo que realmente quieres”. Quizás sea el momento idóneo para dar un volantazo. Para cambiar el rumbo. Si es así, dice Riggio, emplea el tiempo libre que tienes ahora para aprender y desarrollar esas habilidades que podrían ser necesarias en el tipo de trabajo que deseas conseguir. Una vez que entres en la rueda laboral será mucho más difícil expandir los conocimientos y las capacidades. Ahora no. Ahora puedes hacerlo sin problemas. Fórmate bien.

Y cuando estés preparado nuevamente, con la autoestima recuperada y con las ideas muy claras, sumérgete en la búsqueda de empleo. Eso sí: hazlo de una manera selectiva. En palabras del experto, “solicita solo puestos de trabajo que sean realmente emocionantes para ti”. Más adelante podrás bajar el listón si no surgen las oportunidades adecuadas, pero de momento permítete aspirar a lo que de verdad te mola. Por último, y según Riggio, no olvides potenciar tu red de contacto mientras aplicas a los trabajos que te gustan. Al final, somos seres sociales y las personas son clave en muchas ocasiones para alcanzar lo que queremos. Dale caña a Linkedin. Apóyate en los demás.