Siempre se ha dicho que la suerte es cuando confluyen la preparación con la oportunidad. Todxs conocemos a una persona que tiene un montón de títulos, que se lo ha currado mucho y aun así no tiene suerte en el trabajo. En cambio, otrxs, nada más empezar en la vida laboral (y con muchos menos méritos) ya encuentran un trabajo que les gusta y donde están bien pagados. Así que algún papel sí que debe jugar la suerte.
El inversor Warren Buffet acostumbra a decir que le tocó la “lotería de los ovarios” para referirse al hecho de que nació en Estados Unidos en el momento en que lo hizo. De hecho, está comprobado que la buena presencia física se asocia a un salario más alto y a una mayor posibilidad de conseguir una entrevista en los procesos de contratación. Vamos, lo que se conoce como pretty privilege, y es que en este tema, la genética tiene un papel más o menos fundamental.
Igual que el aspecto físico, muchos de los primeros pasos de cualquier carrera profesional están determinados por el azar. El jefe que te toque en tu primer trabajo va a ser muy determinante. Pero no es lo mismo tener un jefe que siempre te anima y te apoya, ayudándote a crecer, que un jefe de mierda que te hunde y te explota.
Asimismo, algo tan banal como el nombre también determinará el éxito laboral. Un artículo publicado el año 2022 por QiGe del Vassar College y Stephen Wu del Hamilton College, concluía que los economistas con nombres más difíciles de pronunciar, también dentro de grupos étnicos, tenían menos probabilidades de conseguir cargos académicos o de tener una cátedra.
Otro elemento que a muchos les vendrá a la cabeza es el hecho de tener contactos. Muchas veces tu red de contactos vendrá determinada por la familia donde nazcas, la clase social y la universidad donde estudies. Por no mencionar todos los otros factores, como puede ser que un día vayas a una fiesta donde conozcas a X. Esto es una mezcla de “suerte” y “clase”, porque obviamente si naces en un barrio bien seguramente tengas más oportunidades de optar a determinados trabajos que si naces en un barrio obrero.
Aun así, no todo se puede dejar a la suerte y al hacer. Lo cierto es que la suerte puede ser crucial en determinados momentos dentro de tu profesión o a lo que quieras dedicarte, pero no es suficiente para sostener en el tiempo una carrera exitosa. La clave estaría entonces en saber combinar trabajo y suerte, aprovechando este segundo elemento como un trampolín para impulsarte. Aunque de la misma manera, esta “suerte” también puede convertirse en un lastre que te dificulte más llegar donde te has propuesto.