Vivimos en una sociedad del agotamiento. Vamos por la vida derrapando, del trabajo a casa, y de casa al trabajo, y luego tenemos que encajar como podemos el ocio y las relaciones sociales en nuestros fines de semana o en los huecos que encontramos. Y además de las obligaciones de nuestro hogar y del curro, parece que todo lo que nos rodea también sigue una velocidad imparable; incluso el planeta se está agotando.
Quizá con este contexto no sea de extrañar que cada vez más personas se sientan cansadas, estresadas, como que no llegan a todo. Gente que duerme sus 8 horas diarias religiosamente, pero van por la vida como zombis. Como nos cuenta BBC Mundo, al parecer 1 de cada 5 adultxs en todo el mundo experimentó fatiga general que duró hasta 6 meses, a pesar de no tener ninguna enfermedad de base, según un análisis gigante que examinó 91 estudios sobre el tema en 3 continentes.
Quizá con este contexto no sea de extrañar que cada vez más personas se sientan cansadas, estresadas, como que no llegan a todo. Gente que duerme sus 8 horas diarias religiosamente, pero van por la vida como zombis. Como nos cuenta BBC Mundo, al parecer 1 de cada 5 adultxs en todo el mundo experimentó fatiga general que duró hasta 6 meses, a pesar de no tener ninguna enfermedad de base, según un análisis gigante que examinó 91 estudios sobre el tema en 3 continentes. En otra encuesta que reseña el medio británico, encontraron que 1 de cada 8 adultxs del Reino Unido estaba cansado “todo el tiempo”. Y, qué casualidad, las mujeres tienen más probabilidad de sentirse fatigadas que los hombres.
Pero, ¿cuál es la causa detrás del agotamiento?
Lo primero que hacen los médicos es descartar cualquier problema médico, como las tiroides o un problema hormonal, que pueden influir en la sensación de fatiga, sobre todo en las mujeres. Después de descartar con análisis de sangre y otras pruebas estas opciones, se pasa a evaluar la parte más emocional y cognitiva.
Porque, ajá, no se podía saber... el gran culpable de la fatiga crónica es ni más ni menos que el estrés. Por ejemplo, la BBC encontró un estudio de 2022 hecho a más de 16.200 trabajadores del Gobierno chino sobre la fatiga. Y las conclusiones son interesantes: los que vivieron sucesos estresantes negativos al inicio del estudio tenían el doble de probabilidades de sentirse fatigados durante el seguimiento.
La relación entre el cansancio y el estrés tiene que ver con la hormona llamada cortisol. Nuestros organismos la producen cuando estamos estresados, con lo que se eleva nuestra temperatura corporal y el ritmo cardíaco, “para prepararnos para enfrentar una amenaza”. El estrés intenso y continuado puede hacernos sentir fatigados crónicamente, e incluso puede derivar en otros problemas, como trastornos de ansiedad.
En personas sanas, también puede haber relación entre los trastornos del sueño o los problemas respiratorios y la fatiga. Si tu sueño no es reparador y de calidad, a pesar de que duermas 8 o 9 horas, vas a sentir falta de concentración, cansancio durante el día y más irritabilidad. Los problemas respiratorios como los ronquidos podrían estar impactando de forma negativa a tu buen sueño.
Por último, otros culpables de la fatiga pueden ser el café y el alcohol. La cafeína nos puede despertar por la mañana, pero si se toma más tarde de la comida puede afectar a nuestro sueño. Y el alcohol provoca muchas alteraciones que no nos dejan descansar bien, aunque algunxs digan lo contrario.