Decir que “no” es el acto de respeto más grande que existe. El “sí” es fácil de decir, por lo general, suele ser amable y nos lleva a los acuerdos, a los planes y al amor correcto (si es que hay un anillo de por medio...) Pero para llegar a un buen “sí” hay que pasar por muchos “noes”, aunque sean incómodos y desagradables al principio. Te enseñamos el poder de estas dos letras, que cambiarán tu vida a mejor.
Puede costar mucho al principio, pero a la larga un “no” bien dicho puede solucionar muchas cosas. Además, con el tiempo aprenderás que decirlo no siempre lleva a una negativa, y que muchas veces abre las puertas a nuevos y más sinceros “síes”.
La persona que dice ‘no’, sabe recibir un ‘no’
Está la creencia de que un “no” es algo violento, y en según qué casos puede sentar mal. La realidad tras esto es que las personas que son capaces de decir que no quieren ir a un plan o hacer algo seguramente sean más propensas a recibirlo de forma adecuada. Intenta establecer relaciones sanas en las que sepas que puedes decir que no y que te pueden decir que no, y que la insistencia no va a llegar a ningún sitio. Muchas veces no hay ni que dar explicaciones, “no es no” y tampoco hay más que hablar, y si lo dices de forma sincera serás capaz de recibirlo de la misma manera.
”Me lo pienso y te digo”
No hay que reñir enfadado ni prometer contento, muchas veces tus emociones pueden llevarte por caminos que creías los correctos pero que luego resultan un engorro. Para ahorrarte el mal rato de un “no” tardío (también válido) te proponemos que respondas a las propuestas con tiempo, y si en unos días te sigue apeteciendo un plan puedes decir que sí o no con absoluta calma. No decidir en el momento te ayudará a ver las cosas con otra perspectiva, y no decir un “no” y arrepentirte o aceptar y que luego te cosa bajarte del carro.
¿Lo hago porque quiero?
Muchas veces nos puede la presión social respecto a las decisiones y los planes. Para poder acceder a un plan o a cualquier cosa es importante que te escuches a ti mismo y que sepas que es lo que quieres realmente. Si aprendes a escucharte y priorizarte podrás dar un “sí” más sincero la próxima vez e incluso reconducir los planes que más te apetezcan, de hecho eso puede ayudar a que tus amigxs descubran cosas nuevas y que aprendan qué es lo que te apetece.
Abraza el ‘no’
Muchas veces tras el “no” viene el arrepentimiento, y si no estás a tiempo de volver a un “sí” puede resultar bastante fastidioso. Si crees que es algo que te puede pasar intenta escribirte por qué dijiste que no en un principio, ya sea a un plan de amigos, a una relación o a una oferta laboral. Volver a este papel escrito te ayudará a estar más seguro en tu decisión, y permitirá que aprendas mucho sobre ti mismx.