Cómo afecta a tu salud mental el ‘síndrome de la chica afortunada’

Estrés crónico, estancamiento vital o disminución de la autoestima son solo algunas de sus consecuencias

Técnicas como la visualización positiva o las afirmaciones de éxito tipo “me va a salir bien” pueden ser de mucha ayuda para predisponer a tu cerebro hacia el optimismo. Sin embargo, y como indica el psicólogo estadounidense Mark Travers en una publicación en Psychology Today, “confiar únicamente en su sistema de creencias e ignorar pasos importantes como la acción, la estrategia y la evaluación puede conducir al estancamiento”. Y eso es precisamente lo que están haciendo muchas personas hoy en día, principalmente mujeres según este especialista, al depositar su fe en la suerte y en el poder de una mentalidad positiva, lo que Travers llama síndrome de la chica afortunada.

Una actitud que tiene su lado oscuro. En palabras del experto, “a pesar de la connotación aparentemente positiva, esta mentalidad puede tener efectos negativos significativos en tu salud mental, incluido el estrés crónico, la duda y la disminución de la autoestima debido a unas expectativas poco realistas”. Al fin y al cabo, y a través de la creencia de que una mentalidad positiva va a traerte todos tus sueños a la puerta de casa, te toparás inevitablemente con la decepción. Además, con ese pensamiento estás interiorizando que tus logros son consecuencia simplemente de una actitud optimista y no de tus talentos y de tu esfuerzo. Es una filosofía que invita a no mejorar en nada.

Pero una filosofía de vida que ha calado en mucha gente a lo largo del tiempo, especialmente desde que El Secreto, de Rhonda Byrne, saliera a la luz y se convirtiera en un éxito de ventas en 2006. No obstante, la ley de la atracción positiva no tiene ninguna base científica. Por eso, dice Travers, debes emprender un camino inverso que te aleje de esa creencia tan nociva. Primero, estableciendo ambiciones realistas, puesto que “la mentalidad de chica afortunada puede conducir a ambiciones imposiblemente elevadas”. Para de creer que el universo conspira para tu felicidad y comienza poniendo los pies en el suelo. ¿Qué te hace feliz? ¿Cómo puedes TÚ encaminarte a ello con tus habilidades?

Porque ese es el segundo paso propuesto por Travers: no limitarse a la visualización y actuar. “Sin duda, visualizar positivamente puede ayudar a aclarar tu visión, pero es a través de pasos proactivos y consistentes que conviertes tus aspiraciones en realidad”. No te mantengas pasivx ante tus deseos. Desarrolla un plan. Empodérate. Hazte responsable de tu vida. Pero ojo: hazte también responsable de la posibilidad de fracasar. Al contrario de lo que se cree desde la óptima chica afortunada, el fracaso no es una experiencia negativa. Aceptarlo, verlo como parte del camino hacia lo que quieres te hace más resiliente y libre. Tú tienes el volante. No la suerte. No el cosmos.