Disney se ha metido en una encrucijada bastante grande. A lo largo de su historia, la compañía de animación se ha mojado muy poco en lo que respecta al colectivo LGTBIQ+. Su mayor victoria podría ser Out, el primer cortometraje con un protagonista abiertamente homosexual. Sin embargo, no es suficiente y menos aún tras conocerse que donó grandes cantidades de dinero a funcionarios públicos afines a la controvertida ley de Florida “Don’t Say Gay”, la cual busca censurar la educación de género y, por lo tanto, las identidades sexuales.
Un anteproyecto de ley que nos recuerda mucho a ese pin parental que Vox intentó implantar en España y que nunca funcionó (por suerte). Ahora, en Estados Unidos ocurre algo similar. El Comité de Educación del Senado de Florida continúa manteniendo este proyecto de ley que tiene como apodo “Don’t Say Gay”. Es decir, que nadie, ningún maestrx, y de hacerlo podría ser demandadx, puede hablar de cultura LGTBIQ+. Ni charlas, ni películas, ni cortos, nada. Silencio. Las aulas no son espacios en los que, según dichos senadores, pueda hablarse de personas disidentes o fuera de la norma cisgénero y heterosexual.
Qué implica el “Don’t Say Gay”
El nombre completo del proyecto es todavía más explícito: Proyecto de ley 1834 del Senado Parental Rights in Education (Derechos de los padres en la educación). Y dice (ojo, que se vienen curvas): “Un distrito escolar no puede fomentar la discusión en el aula acerca de la orientación sexual o la identidad de género en los grados de escuela primaria o de una manera que no sea apropiada para la edad o el desarrollo de los estudiantes”.
Las reacciones han sido inmediatas en todos los sentidos. Ahí se han incluido lxs trabajadorxs de Dinsey, quienes se muestran totalmente en contra de que la firma de animación apoye económicamente a senadores como el republicano Dennis Baxley, principal promotor de esta normativa de tintes claramente homófobos.
En una carta abierta a la que ha tenido acceso Variety, algunos miembros del estudio de animación cuentan que, cuando sus proyectos pasan por las manos de Disney terminan censurando las escenas de afecto homosexual.
“Es una sensación terrible ser parte de una empresa que gana dinero con merchandising gay mientras elige ‘dar un paso atrás’ en los momentos de mayor necesidad, cuando nuestros derechos están en peligro”, explican en la carta.
Disney “casi” lo consigue
De hecho, no van mal encaminadxs, pues de todas las películas de la compañía, solo algunas y de manera muy sutil, presentan personajes LGTBIQ+. Lo intentaron con la oficial Specter, una policía cíclope que aparece en Onward y que sí, es abiertamente lesbiana, pero también cabe destacar que en Rusia fue censurada. Cuando aparecía Specter se cambió el “novia” por “pareja”. Así, seguro, no quedaban dudas. Ni una sola posibilidad de que algún niño o niña se sintiese, por fin, meramente representdx.
Ante la gran oleada de críticas que ha recibido Disney en los últimos días, y para acallar rumores, el director ejecutivo de la compañía acabó posicionándose. Lo hizo a través de una carta enviada a todos los empleados de The Walt Dinsey que, como no, también ha salido a la luz.
“Como hemos visto una y otra vez, los comunicados corporativos ayudan muy poco a cambiar resultados u opiniones”, decía Chapek en el comunicado interno. “No quiero que nadie confunda una ausencia de comunicado con una falta de apoyo. (...) Creo que la mejor forma que tiene nuestra compañía de crear un cambio duradero es a través del contenido inspirador que producimos, la cultura acogedora que creamos y las diversas organizaciones comunitarias a las que apoyamos”.
Las frases motivacionales del director no calaron del todo en el equipo de empleadxs. Tampoco convencieron al Sindicato de Animadores que también criticó la falta de compromiso por parte de Disney: “Una cosa es decir que ‘apoyas inequívocamente a los empleados LGTBIQ+, sus familias y sus comunidades’. Otra cosa es que te mantengas en silencio mientras esta legislación homófoba e injuriosa se aprueba”, decía la organización que representa a 839 trabajadores de la industria.
No faltaron los comentarios de Dana Terrace, creadora de la serie de Disney Channel Casa Búho, protagonizada por una adolescente bisexual que mantiene una relación lésbica: “Joder, estoy cansada de dejar a Disney en buen lugar”, explicó en un tuit.
Finalmente, tras una semana de “silencio doloroso”, el propio Bob Chapek volvió a tomar la palabra el pasado viernes en un nuevo comunicado interno. En relación a la ley “Don’t Say Gay” dijo: “Necesitabais que fuera un aliado más fuerte en la lucha por la igualdad de derechos y os he decepcionado. Lo siento”.
A pesar de haber frenado en seco las donaciones políticas al estado de Florida, la ley continúa adelante y el gobernador DeSantis no tiene intención de vetarla. Veremos ahora cuál es el papel de Disney, con unxs empleadxs que ya no quieren más censuras y un público que demanda, cada vez más, un buen conjunto de personajes y tramas LGTBIQ+.