Son las dos de la mañana de un sábado cualquiera. Llevas un par de copas de más y el sentido del pudor yace enterrado bajo capas de sudor y adrenalina. Sacas el móvil del bolsillo y abres esa aplicación de mensajería que tanto te gusta. Clic. Una bonita foto de tu culo adornada con un "se siente solo" o cualquier otra desvergonzada invitación al disfrute carnal. Enviar. Total, todo queda entre la noche, tú y esa personita al otro lado del teléfono en la que tanto confías. ¿Qué podría salir mal?
Los piratas informáticos trabajan incansablemente por acceder a tus mensajes privados en busca de información bancaria o contenido digno de chantaje. La encriptación de extremo a extremo, que hace que solo tú y la persona con la que te comunicas podáis descifrar las fotos, los vídeos y las palabras que mandáis, es la mejor arma contra estos ciberbarbanegras. Que no son los únicos. Los gobiernos, con la seguridad nacional por bandera, también tratan de adueñarse de tu contenido a través de las 'puertas traseras': accesos exclusivos que las empresas construyen para ellos. Basándose en la firmeza con la que combaten estas dos amenazas, Amnistía Internacional ha analizado la seguridad que ofrecen las principales aplicaciones de mensajería y ha elaborado un ranking de privacidad. No está de más saberlo.
Para la mayoría de nosotros, whatsapperos por antonomasia, la cosa pinta bastante bien. La aplicación, tras numerosas filtraciones de famosas en modo Adán y Eva, decidió implantar el pasado abril la encriptación de extremo a extremo. Algo que también ocurre en Apple iMessage, Apple Facetime, Line, Viber y Google Duo. Pero Whatsapp tiene la particularidad de ser la única que nos avisa cuando por alguna razón una conversación determinada deja de aplicar este heroico cifrado. Ve con ojo por si te ocurre en la más íntima de las confesiones en la que mandas un exaltado "¡vivan los Lannisters!".
Otras aplicaciones como Facebook Messenger, Telegram o Google Allo también permiten este tipo de encriptación, pero es voluntario, no un sistema por defecto. Algo que resulta tan poco útil como un airbag opcional. Nadie, salvo algún voyeur amante del riesgo y la aventura, querría exponerse libremente a ser cotilleado por algún hacker o, peor aún, por algún funcionario del estado con complejo de Sherlock Holmes. Si usáis alguna de estas aplicaciones, recordad activar la encriptación y, a ser posible, reclamad a estas compañías que lo implanten por defecto de una vez por todas. Después de todo, ¿por qué darle una mínima oportunidad a los chicos malos de salirse con la suya?
Y ahora, queridos lectores, métanse en la camita y tápense hasta arriba como si viniese un fantasma de Insidious, porque esto da bastante miedo: tanto Skype como Snapchat carecen de encriptación de extremo a extremo. Piénsalo bien durante un instante: la aplicación que más veces nos ha visto bailar desnudos y la aplicación a la que confiamos nuestras fotografías más íntimas con la tranquilidad de que desaparecerán del cosmos como si nada, son ambas de seguridad bastante endeble. De hecho, las imágenes que enviamos en Snapchat no desaparecen. La aplicación elimina las etiquetas que permiten a los móviles encontrarlas, pero siguen ahí, en los servidores de la empresa. Boom. Bienvenidos a la desagradable sensación "gran hermano".
No son las únicas. Google Hangouts, Tencent WeChat y Tencent QQ Messenger tampoco cuentan con la encriptación de la que hablamos. Blackberry lo ofrece como elemento premium, es decir que tienes que pagar para que ningún Jack Sparrow de las redes pueda entrar en tu cuenta corriente y llevarse a las Bahamas lo poco que te queda después de las fiestas. Qué alegría, ¿no?
La buena noticia que asoma del estudio, salvo que vivas en China o en Corea, es que la gran mayoría de empresas se han posicionado públicamente contra las 'puertas traseras' y se han comprometido a revelar cualquier petición gubernamental de nuestros datos. Que nos robe un malhechor de poca monta vale, pero que unos burócratas trajeados se diviertan leyendo nuestras disertaciones sobre Westworld no hace falta. La empresa coreana propietaria de la aplicación Kakao Talk fue duramente criticada tras conocerse en 2014 que había facilitado información sobre sus usuarios al gobierno de Corea del Sur. Tencent, la compañía de mensajería más popular de China, es la única que no ha negado que vaya a atender los caprichos gubernamentales de acceso a datos privados. Muy majos, ellos.
Clasificación según la privacidad de los mensajes
Este es el ranking a raíz de la puntuación que Amnistía Internacional le ha dado a la privacidad de las principales empresas y servicios de mensajería instantánea:
- Facebook FB Messenger, Whatsapp: 73 / 100
- Apple iMessage, Facetime: 67 / 100
- Telegram: 67 / 100
- Google Allo Duo Hangouts: 53 / 100
- Line: 47 / 100
- Viber Media Viber: 47 / 100
- Kakao Kakao Talk: 40 / 100
- Microsoft Skype: 40 / 100
- Snapchat: 26 / 100
- Blackberry Blackberry Messenger: 20 / 100
- Tencent QQ, WeChat: 0 / 100
El estudio de Amnistía Internacional puede servirnos para encaminarnos en dos direcciones: pensar bien qué información compartimos a través de una determinada aplicación, y exigir a todas las compañías que garanticen nuestro derecho básico a la privacidad. Mientras tanto, la propia ONG nos da unos cuantos consejos para mejorar la seguridad de nuestros datos: actualiza siempre, ya que las actualizaciones incluyen parches que cierran las vulnerabilidades del software; usa contraseñas diferentes y complejas, nada de "asdfg123" o "carpediem"; usa la autenticación de doble factor siempre que sea posible; y pídele a tu aplicación favorita que use HTTPS para que el contenido quede entre tú y ella, como en las buenas relaciones. Quedáis avisados.