Aviso a navegantes: no es este uno de esos artículos en los que terminas dándote cuenta de que las cosas no son exactamente lo que parecían al leer el titular. Sí, suena tan surrealista que parece clickbait. Sí, es difícil imaginar que un gobierno pueda ser tan sumamente intrusivo. Sí, la represión a través del control del lenguaje parece propio de la 1984 de Orwell. Pero esto está pasando. Como explican desde Xataka, la nueva ley promovida por el Kremlin y aprobada por el parlamento estatal ruso por unanimidad, “tipifica la prohibición de cualquier forma de propaganda que presente la elección de no tener hijos como atractiva, incluidos en medios, internet, películas o publicidad”.
¿Y si lo haces? Pues entonces puedes comerte una multa económica de hasta 4.000 dólares que en el caso de las entidades puede ascender hasta los 50.000 dólares. Vamos, que decir en un vídeo de Youtube que prefieres no ser madre o padre por la razón que sea puede arruinarte económicamente. Y lo peor de todo es que esta ley no opera sola: en Rusia ya hay vigentes otras más que prohíben promocionar los estilos de vida no tradicionales. Está claro de qué pie cojea Putin. No obstante, la motivación detrás de estas normativas no es solo que Rusia sea tal como Vladímir desea, sino también combatir una situación muy preocupante para el gobierno: la gran caída de la tasa de natalidad.
Rusia y su baja natalidad
“Como apuntan desde el mencionado medio, “el movimiento surge después de que los datos oficiales mostraran los índices de natalidad más bajos de la nación en 25 años, lo cual el Kremlin ha descrito como catastrófico para el futuro del país”. Sobre todo si unes este declive con el incremento de la tasa de mortalidad a causa de la guerra en Ucrania. La solución más lógica, y humana, sería abandonar la guerra para evitar que tus ciudadanos sigan muriendo para nada, pero el gobierno ruso prefiere continuar con el sinsentido y añadir otro más a la ecuación prohibiéndole a la gente reivindicar el tipo de vida que quieran. Es toda una distopía. Una en la que todxs salen perdiendo.
Los hombres porque son mayoría en el frente bélico. Y ya van 150.000 muertes en el bando ruso. Las mujeres porque son contempladas por el Kremlin como conejas cuya única función es parir más soldados y trabajadores. De hecho, el propio Putin ha animado alguna que otra vez a sus ciudadanas a tener al menos tres hijos. Independientemente de lo que quieran en realidad. Independientemente de sus recursos y circunstancias. Porque esa es la movida: la inseguridad económica, la inseguridad física y el miedo rodean la vida en Rusia. ¿No sería mejor invertir el dinero de la guerra en hacer prosperar la sociedad? ¿No sería más efectivo para promover la natalidad? “