Bondage: los consejos infalibles para empezar

Te contamos aspectos a tener en cuenta para practicar el bondage

La película 40 sombras de Grey y también la saga previa de libros revolucionaron las audiencias a pesar de que la crítica no los trató también. A la gente, por alguna razón, le interesó que le hablaran del sexo duro, de un tipo de sexo que llega a la violencia y que tiene que ver mucho con la dominación. Pero este tipo de prácticas no se quedan en la ficción y, con todas las contradicciones y peligros que puede conllevar, atrae a muchas parejas. Hoy te contamos más sobre el bondage, que es un tipo de práctica sexual estrechamente vinculada a la dominación.

La revista ELLE ha publicado recientemente una práctica guía en la que empieza definiendo la palabra, que es un término francés que se traduce literalmente por esclavitud. En ese contexto, tiene todo el sentido que las cuerdas, esposas, corbatas, cinturones o cadenas para atar a una de las partes de la pareja o a ambas sea un lugar común. El bondage se enmarca dentro del BDSM, término acuñado en los 90 cuyas siglas significan Bondage, Disciplina y Dominación.

Para empezar con el bondage, lo primero que hay que hacer es hablarlo con la pareja. Y a veces no resulta fácil. Sacar el tema de conversación viendo una película erótica o hablarlo abiertamente si hay confianza es una buena forma de empezar, aunque a veces en la práctica sexual ya se intuyen posibles tendencias hacia un sexo más dominante y duro.

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Lo más importante en el bondage, como en cualquier práctica sexual, es el consenso mutuo y que nadie haga nada que no quiere hacer. Una vez entendido eso, es necesario practicarlo con una persona en la que confíes. Hacerlo con un desconocido puede entrañar riesgos obvios.

Establecer códigos de qué señales implican parar y hablar previamente sobre los límites que quieres poner son componente importante de la comunicación y de la seguridad con la que vas a practicar el bondage. Aunque hay ciertos juguetes (cuerdas, esposas, consoladores) que son de ayuda en la práctica de bondage, la creatividad debe jugar también su papel. Dejarse llevar es importante. Eso sí, dentro de los límites establecidos y, aunque parezca que debería ser todo lo contrario, hay que hacerlo sin beber alcohol. El alcohol no es buen consejero del control y, bebidxs, la posibilidad de rebasar los límites e incluso de que alguien se haga daño crecen demasiado como para tomar ese riesgo.