Lo pasaste verdaderamente mal. Aguantaste mucho más tiempo del que deberías haber aguantado junto a una persona que te minaba la autoestima diariamente, que no te daba lo que tú le dabas y que desde luego no te hacía sentir segurx. Y eso es una mierda. Un pequeño y profundo infierno cuyas consecuencias solo alcanzan a comprender quienes han tenido la mala suerte de vivirlo. Ahora estás bien. Nadie te daña. O casi nadie: continúas castigándote a ti mismx con mensajes del tipo “no fui lo suficientemente inteligente para ver cómo era” o “fui estúpidx quedándome hasta el final cuando debería haber huido de ahí antes”. Ha llegado la hora de que te perdones de corazón.
”Perdónate por amar a alguien que te lastimó. Perdónate por querer ser feliz, lo que en ese momento significaba quedarte con alguien que no era adecuado para ti. Perdónate por no irte antes, y, en su lugar, cambia el enfoque al hecho de que sí te fuiste. Perdónate por ser vulnerable. Perdónate por la falta de apoyo para irte antes. Perdónate por la vergüenza que viene de la experiencia”, escribe la psicoterapeuta Kayte Gillis en Psychology Today. Perdónate por todo ello porque es necesario para depurarte, reconciliarte contigo mismx y comenzar de nuevo, pero también porque no estás solx: hay muchas otras personas ahí fuera sintiendo lo mismo que tú. Y lo superan.
Escucha y sana todo lo que te duela
Para ello, y según Gillis, debes “desarrollar la autoconciencia de tu propia historia”, lo que “te ayudará a crear una comprensión de lo que te llevó a esa relación”. Intenta entender tus mecánicas de relaciones ahondando en las relaciones de tu infancia, especialmente las que generaste con tus figuras de apego principales. También en tus relaciones románticas pasadas. Y en tu propio perfil psicológico. Algo en lo que podría venirte muy bien la asistencia de unx profesional de la psicología. Los traumas no se superan de la noche a la mañana, pero el autoconocimiento y la paciencia siempre dan sus frutos. El autoperdón está ahí. Solo tienes que ponerte en marcha hacia él.
En cualquier caso, esto no significa que debas intentar reprimir esos sentimientos de golpe. Como dice esta psicoterapeuta, “recuerda, todos y cada uno de los sentimientos son normales en este momento”, por lo que “es importante permitirlos llegar tal como vienen en lugar de ignorarlos o descartarlos”. Quedarte con ellos. Explorarlos. Llegar hasta el fondo. Trabajar entendiendo que la sanación de un trauma como el que viviste es como montar en una montaña rusa que sube y baja. “No es lineal: es normal y natural tener diferentes reacciones emocionales con diversos grados de gravedad a medida que avanza hacia ella”. Hasta que un buen día la alcances de verdad. Te lo mereces.