Cómo defenderte de los ladrones de energía

Tu batería no es infinita. Debes ponerle límites firmes a lxs vampirxs que tratan de dejarte secx

Los vampiros existen. Siempre han estado ahí. Aunque, a diferencia de lo que dicen las ficciones, desde Drácula de Bram Stoker a Crepúsculo de Stephenie Meyer, no chupan sangre sino energía. De ahí que lxs especialistas de la psicología, como la doctora Sherrie Bourg Carter, los conozcan como lxs ladronxs de energía, personas que “se alimentan de ti como una sanguijuela, dejándote agotado física y emocionalmente después de cada interacción”. Hasta tal punto que si tienes unx cerca diariamente, es muy probable que termines hundido en una especie de estrés crónico. Por eso es tan importante aprender a identificarlxs. Es el paso previo necesario para protegerte de ellxs.

Por suerte, y pese a que lxs ladrones de energía suelen enmascarar su insaciable negatividad en los albores de las relaciones, suelen mostrar su verdadera cara más pronto que tarde. Una que incluye una actitud híper crítica a partir de la cual encuentran fallos en todo y en todxs, una quejicosidad crónica, una falta absoluta de responsabilidad por la cual terminan culpando al resto de gente de todos sus problemas, un don para lo dramático que tiende a crear crisis donde no las hay, una belicosidad argumentativa muy intensa, incapacidad para aceptar el ‘no’ por respuesta y mucha hipocresía. Te dicen una cosa a la cara y luego van piando la contraria a tus espaldas. Son agotadorxs.

Te está chupando toda la energía

Pero el robo de energía no acaba simplemente porque consigas identificar a esa persona como una ladrona. El problema, dice Carter, es que es muy habitual que personas maduras como tú traten de rescatar a lxs ladronxs de energía de su propia negatividad. En sus propias palabras, “a menudo se piensa que se les puede ayudar a cambiar hasta que te encuentras siendo absorbido cada vez más profundamente en su desesperación y oscuridad aparentemente interminables”. Participar en su juego no funciona. Intensificar tu rol de dador de energía no pondrá punto y final a su comportamiento parásito. Y te dejarás la vida en el camino porque tu energía no es infinita.

Entonces, ¿qué receta seguir para defenderte de sus artimañas? En primer lugar, escribe Carter, reconocerlas, pues cada vampirx de energía tiene un arsenal de herramientas específico. Quizá cotillee demasiado. O se aferre a la tragedia. O juzgue mal todo cuanto haces. Escucha bien a tu cuerpo. Su cansancio, irritabilidad o confusión te ayudarán en tu tarea. Una vez detectadas sus estrategias, ponles límites. “No, no vamos a entrar en esa discusión otra vez”. O “estás siendo dramáticx”. O “he dicho que no y es que no”. Sé firme. No permitas que tu empatía te prive de proteger tu energía y tu felicidad. Si no funciona, si sigue saltándose tus barreras, aléjate. Que no te arrastre a sus infiernos.