Cervantes es un autor universal. Su Don Quijote de la Mancha, publicada a principios de 1605, es la novela más vendida de la historia y una de las cumbres de la literatura. Y, sin embargo, la mayoría de la gente desconoce muchísimo acerca de su vida. O prácticamente todo. Por ejemplo, y como refleja Alejandro Amenábar en su última película, El cautivo, que el escritor complutense estuvo cinco años preso en una cárcel de Argel, en Argelia. Hasta ahí la comunidad historiadora se pone de acuerdo. Lo que no está tan claro, pese al guion de la película, es que Cervantes mantuviera una relación gay con su captor, Hasan el Bajá.
Y sí, como puedes imaginarte, esta decisión de Amenábar está escociendo bastante, especialmente a quienes llevan por bandera la lucha antiwoke. ¿Pero es una mentira del director? No exactamente. Según cuenta la periodista Constanza Vacas, en su ensayo La supuesta homosexualidad de Cervantes el especialista cervantista estadounidense Daniel Heisenberg afirma que “a no ser que aparezcan nuevos documentos, no tendremos nunca una respuesta definitiva a este tremendo interrogante. Sin fotógrafo ni testigo de vista, no podemos saber lo que hacen en la intimidad los vivos, mucho menos los muertos”.
Pero Amenábar no se ha sacado esta teoría del sombrero. En realidad, es una sospecha que se lleva barajando bastante tiempo como explicación al hecho de que Cervantes tuviese un trato tan privilegiado en la cárcel de Hasan el Bajá. Y sí, podría tratarse de otra cosa. O podría ser que el escritor tuviese un affair homosexual esporádico estando en prisión sin volver a sentir deseo por los hombres una vez libre. O podría ser bi. Vete tú a saber. La cuestión es que no se descarta ninguna posibilidad. Simplemente no se pueden confirmar ni desmentir. La única persona que podría resolver la cuestión es el propio Miguel de Cervantes.
Entonces, ¿Amenábar se ha atrevido a hacer una interpretación libre de la vida de Cervantes? Obviamente. Y es que, tal y como ha estado declarando él mismo estas últimas semanas, El cautivo no es un documental, es una peli de ficción que toma la historia como referencia. No es la primera vez que se hace. Los 300 no eran 300. Eran más de 6.000. Y William Wallace no estaba casado. Ah, y el protagonista de El 47 ya formaba parte de fuerzas sindicales cuando decidió secuestrar el autobús. Es lo que tiene la ficción. Que imagina. Que rellena huecos. La pregunta es: ¿por qué indigna tanto que Cervantes pudiera ser gay? ¿Acaso cambia algo sustancial de su vida y obra?