3 películas que prueban que las luchas sociales funcionan

Inspírate. Se ha avanzado muchísimo pero aún queda tanto camino por recorrer...

Los movimientos sociales presentan un gen profundamente pesimista: se enfocan principalmente en todo cuanto queda por mejorar, llegando en ocasiones incluso a obviar el grado de mejoría que han conseguido ya. Son catastrofistas. Y en cierto sentido necesitan serlo. Basta con que la sociedad dé por hecho que una lucha social ha avanzado bastante para dormirse y que los canallas aprovechen para hacerla retroceder. Sin embargo, y pese a estas estrategias, la realidad es que las luchas sociales funcionan. La antirracista, la feminista, la LGTBIQ+ e incluso la antiespecista. Todas ellas están cambiando el mundo poco a poco y a su manera. Y el cine no es en absoluto ajeno a ello.

No (2013)

La dictadura militar chilena de Augusto Pinochet comenzó en el año 1973, con un golpe de estado que derrocó al legítimo presidente del país, Salvador Allende, y no terminó hasta marzo de 1990. Y lo hizo gracias a la lucha social nacional e internacional. No en vano, la presión llevó al dictador a convocar un referéndum de apoyo a su mandato, muy seguro de que ganaría gracias al control de los medios de comunicación y de las fuerzas de seguridad del estado. No obstante, el ejecutivo publicitario René Saavedra, encargado de la campaña en favor del No al régimen militar, consiguió darle la vuelta a las cosas. No, de Pablo Larraín, e interpretada por Gael García Bernal, cuenta su historia.

Pride (2014)

Verano del año 1984. Margaret Thatcher, primera ministra británica de corte ultraconservador, aprieta sin compasión al Sindicato Nacional de Mineros, en huelga para reclamar mejores condiciones laborales. En Londres, un grupo de lesbianas y gays comienza a recaudar fondos para apoyar a los mineros, la mayoría de los cuales siguen mostrando una profunda homofobia. Poco a poco, los mineros comienzan a aceptarles y, en la marcha del Orgullo Gay de 1985, mineros de muchísimos rincones de las islas británicas se presentan en Londres para devolverle el favor a la comunidad LGTBIQ+. El poder es el enemigo. No el diferente. Es una película tierna, divertida y conmovedora.

Te estoy amando locamente, 2023

Una de las mejores películas del año. Otra vez en el pasado, esta vez en la Sevilla de 1977, donde la homosexualidad sigue siendo un delito por el que la policía podía darte una paliza e incluso meterte en prisión, una madre de valores católicos se involucra en el movimiento LGTBI de la época para ayudar a su hijo, acusado de homosexualidad. A lo largo del metraje, Reme transita un camino de evolución y aperturismo, lo que ejemplifica el proceso social de la época, hoy mucho más avanzado pero aún por culminar. A esta buena historia súmale una estética linda, una música acertadísima y unas interpretaciones, especialmente la de La Dani, espectaculares. Te encantará.