Mujeres y hombres perciben las películas violentas de forma distinta

Ellos fluyen más. Ellas intentan comprender lo que ven

La neurocinemática, explican los expertos Víctor Cerdán y Pablo Revuelta, “es una disciplina de la neurociencia que se dedica al estudio de la actividad cerebral de los espectadores durante el visionado de películas y series de televisión”. Y sirve para descubrir nuevas realidades del cerebro humano, así como para confirmar algunas otras que siempre han estado sobre la mesa: por ejemplo, y según un estudio concreto de neurocinemática muy reciente, que el cerebro de las mujeres y el cerebro de los hombres reacciona de manera diferente ante las películas y las series con mucha violencia explícita. Al parecer, en el de ellas se encienden una mayor variedad de áreas que en el de ellos.

Especialmente las áreas orbitofrontales que, “según los investigadores Morten Kringelback y David Zald, se encargan de procesar emociones relacionadas con comportamientos sociales y procesos de inhibición como el autocontrol”, y las áreas occipitales, que tienen que ver “con la visión primaria, es decir, con la decodificación de imágenes complejas y rostros humanos y con el procesamiento visual de formas, colores y espacios”. Una explicación muy científica que puede resumirse de la siguiente manera: el cerebro de los hombres suele dejarse llevar por la emoción violenta que ve en la pantalla y el de las mujeres se esfuerza por comprender lo que está visualizando”.

Vemos las cosas muy distintas

Esto tiene además dos direcciones. Sí, las mujeres perciben mejor el apartado artístico de las escenas violentas, y eso las convierte en un tipo de espectador muy diferente a los hombres, pero esa sensibilidad y esa menor tendencia a fluir inconscientemente con la violencia visual les convierte también en cineastas muy diferentes a los clásicos directores del cine de acción. En palabras de Cerdán y Revuelta, haciendo alusión al trabajo de la última gran corriente de cineastas femeninas españolas, sus “títulos destacan por tener un enfoque más amplio, centrados en personajes femeninos y con temas originales”. La violencia es solo un telón de fondo. No es la chicha en sí.

¿Que a qué se deben estas diferencias en la manera de percibir la violencia visual? Lo más fácil sería recurrir a las diferencias biológicas y está claro que es un factor lo suficientemente consistente como para no desecharlo. No obstante, y como escriben estos dos investigadores, “estas diferencias pueden tener causa genética, pero también sobrevenida culturalmente por las distintas condiciones sociales bajo las que nos criamos las personas según nuestro género asignado”. Sea como sea, conocer estas peculiaridades en la percepción del arte puede ayudar a empatizar con la variedad de gustos y a promover una mayor diversidad cultural. Viva la igualdad desde la diferencia.