¿Cómo saber si tus gatos están jugando o peleando?

Es importante para no coartarles cuando anden en interacciones sociales lúdicas que les ayuden a reforzar sus vínculos

Es una situación confusa. Al fin y al cabo, y por mucho que conozcas a tus gatos, por más que seas la persona del planeta que más los ha visto moverse y comportarse, tienen cerebros de gato e instintos de gato que tú no puedes comprender del todo. ¿Se están peleando entre ellos? ¿O simplemente están jugando y reforzando sus vínculos y no deberías intervenir para no cargarte el momento? La ciencia tiene la respuesta. En concreto, y como explica el psicólogo evolutivo Marc Bekoff, de la Universidad de Colorado, en una publicación para Psychology Today, una investigación llevada a cabo por científicos tanto eslovacos como británicos. Puedes aprender a distinguir ambos comportamientos.

¿Cómo? Para empezar, hay que tener en cuenta que, según los resultados de esa investigación, no existen dos comportamientos antagónicos, sino tres comportamientos graduales. Por un lado estaría el comportamiento lúdico e inocente. Por otro lado el comportamiento agonístico, que incluye peleas, amenazas y sumisiones. Y por último un comportamiento intermedio que involucra ambas actitudes. El primero se puede identificar por el hecho de que efectivamente hay lucha entre los gatos, pero no vocalizan, es decir, no emiten gruñidos ni maullidos ni siseos extraños. Eso significaría que ninguno de los gatos está transmitiendo advertencias de ningún tipo. Están cómodos con el jugueteo.

Fíjate en cómo se mueven

El segundo se puede identificar precisamente por el contrario. Tal como indica el propio Bekoff, “las vocalizaciones eran los comportamientos más importantes que separaban el juego de la lucha” en los más de cien vídeos que observaron lxs autorxs de la investigación, entre lxs cuales había tanto veterinarixs como etólogxs especializadxs en la observación del comportamiento animal. Además, también es clave la existencia o no de persecución. En general, escribe el experto, “si la persecución era mutua era más probable que fuera un juego”. Ah, y los periodos de descanso también estaban más presentes en las luchas reales que durante el juego. Probablemente a causa de toda la tensión.

¿Y qué ocurre con el comportamiento intermedio? Según las conclusiones reveladas por el estudio, el 28% de los gatos que se enzarzan están en este estado intermedio, algo por debajo del 32% que se enfrenta de verdad y del 40% que se sumerge en jueguecitos. Sin embargo, señala Bekoff, “es un comportamiento algo más juguetón que agonístico”, por lo que raramente, y pese a haber un poco más de pique entre ellos, los actos no suelen derivar en una bronca real. Todo esto es muy valioso para tus gatos. En palabras del biólogo, “cuando sabemos lo que separa jugar de pelear podemos dar a nuestros gatos más libertad para jugar” y no coartar sus interacciones sociales saludables.

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