Descubre por qué ayer eras un/a fucker y hoy tienes 0 ganas de sexo

Problemas de falta de autoestima o estrés pueden causar la pérdida del apetito sexual
Ren Hang

Desde siempre has sido de esas personas que disfrutan mucho del sexo. Y no solo eso, los cumplidos te llegaban por todas partes: disfrutabas de tu propio placer y gozabas dándoselo a la otra persona. De repente, mientras vivías tus relaciones con total plenitud, tu libido y tus ganas desaparecieron por completo, ¿qué ha pasado? No hay nada que te excite, las películas pornográficas te generan asco y rechazo y en esas citas de una noche de cama no has podido alcanzar el punto para follar como es debido. Aunque parece que no hay retorno, aún es posible recomponer tu vorágine sexual.

“Si la mujer gana más dinero, él puede perder el deseo sexual”

La pérdida del apetito por el sexo o la desaparición total del deseo puede darse tanto si se está dentro de una relación estable como si te va más el sexo de una noche. Carme Sánchez, sexo de una noche explica que “el deseo sexual puede desaparecer en ambos casos pero suele suceder por razones distintas en cada uno de ellos” y puntualiza: “También depende de la edad, en personas mayores si el deseo desaparece puede ser por motivos más bien orgánicos antes que psicológicos o de las características personales de ese momento”.

Así pues es posible hacer una distinción. Por un lado están las parejas estables que ya han formado una familia y que tienen una base estructurada de ‘vida’: trabajo, un hogar definitivo o casi definitivo, distintos horarios, obligaciones y metas, entre otros tantos puntos que conforman eso de ‘hacerse adulto’. En este tipo de relaciones, según lo que explica la experta, “la rutina, los desacuerdos o bien que haya hijos de por medio, puede fomentar a que el deseo sexual desaparezca". La experta explica que ha atendido bastantes parejas heterosexuales en las que el hombre perdía el apetito sexual después de que la mujer obtuviera "un sueldo superior o un puesto más alto que él".

La comunicación es indispensable en este tipo de relaciones. Se tiene que tener la capacidad de dialogar con la pareja para que la situación no resulte incómoda o extraña, debe tratarse con naturalidad. “Es determinante si se tiene una relación de pareja seria o no. Hay personas que necesitan, a veces, más novedades. En estos casos debe haber predisposición por ambas partes de la pareja, siempre que eso no conlleve dar pie a algo que no se desea. Cada uno tiene que vivir la experiencia que quiera, no hay que imponerse nada”, relata Carme Sánchez.

Pero ¿y esas personas que tienen encuentros esporádicos y a las que siempre ‘les ha ido bien’ en sus relaciones sexuales? En este aspecto es muy importante saber que depende mucho de la persona y que, tanto las razones como las posibles soluciones, no se pueden generalizar. Hay algunos puntos que pueden llegar a repetirse en los diferentes casos pero si alguien se encuentra en una situación parecida lo mejor es que busque un profesional con quien hablarlo para exponer sus particularidades y llegar a una conclusión concreta.

Elimina la fama sexual de tu vida

Cuando la persona es joven y comienza a experimentar en el mundo del sexo es posible que llegue a un estado total de saturación sin ser consciente de ello: se empieza por la novedad, por ir experimentando y luego te vas sumando, cada vez más, a nuevas vivencias sexuales que, sin comerlo ni beberlo, te hacen entrar en un tipo de ‘fama’, vamos, que eres considerado el o la fucker del grupo. Carme Sánchez explica que “se trata de un nivel social relacionado con el sexo que te hace predominar entre los demás y del cual es bastante complicado salir”. Porque claro, una vez dentro de esa ‘fama’, no todos están seguros de querer dejarla.

“Una vez tuve un paciente que me comentó que no sentía deseo por una chica que había conocido. Cuando empezamos a indagar para ver qué le estaba ocurriendo y cuál era el origen de esta falta de atracción, encontramos que a él realmente no le gustaba la chica pero que quería conservar esa fama entre su entorno”, relata la experta para explicar cómo se manifiesta este hecho en las personas. Lo importante es ser sincero con uno mismo e intentar encontrar los motivos reflexionando por qué pensamos lo que pensamos y por qué sentimos lo que sentimos.

Las razones de la falta de deseo sexual en personas jóvenes también pueden ocurrir por temas de estrés o porque, sin que la persona lo sepa, hay detrás un trastorno de depresión de base que no sale a la luz porque se va taponando de forma automática. Hay un punto en el que esto genera un bloqueo y se deja de estar bien con uno mismo, la sexóloga Núria Jorba explica que “empiezas a dejar de sentirte deseado y se da un bajón enorme en la autoestima y seguridad personal”. Justamente por ello, hay que resolverlo en la medida en que sea posible, “si no hacemos nada para solucionarlo van a aparecer una serie de problemas añadidos y hábitos instaurados que serán más complicados de hacer desaparecer”, puntualiza Jorba.

Cuando no es posible resolver este tipo de problemas puede ser porque el motivo quizás esté por otro lado: “Si la persona ha salido recientemente de una relación con la que no ha acabado muy bien pueden ocurrir dos hechos, o bien que lo que desea esa persona es tener una pareja estable aunque aún no haya identificado ese sentimiento interior o que la persona está empezando en ese momento a hacer el duelo de dicha relación pasada por la cual sabe que no ha luchado lo suficiente. Ambos casos pueden ser el motivo de que el deseo sexual desaparezca”, explica Carme Sánchez.

Ahora bien, hay otro motivo que explican las expertas y que suele no tenerse en cuenta: “En personas jóvenes que abusan de drogas como porros o alcohol se puede dar que el deseo sexual se esfume por el hábito”. Parece que no afecta pero con el paso del tiempo sí que lo hace y sobre todo en este tipo de temas, los relacionados con las disfunciones sexuales. Si tu caso es este y quieres volver a tus andadas eroticocarnales, ya sabes por dónde empezar.

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