Paris Hilton fue la primera influencer y ahora se arrepiente

Fue la primera influencer, la que creó el 'star system' de los 'realities'. Pero hoy en día se arrepiente: "creé un monstruo". Y todo porque este personaje de "rubia tonta" la ayudó a aislarse de sus profundas heridas
'This Is Paris' (YouTube)

No soy una rubia tonta, sencillamente se me da muy bien fingir que lo soy”, explicaba Paris Hilton en una entrevista, presentando una entrevista, estrenado gratis en YouTube. Su voz es diferente a la que solía poner en sus realities, es más adulta y seria, no es esa voz fina de “niña tonta” con la que solía fingir que era una pija consentida. “Todo este tiempo he estado interpretando un personaje, así que el mundo nunca ha sabido quién soy de verdad. Mi verdadero yo es alguien que, en realidad, es brillante”, asegura.

Y tiene razón: ella es la “primera influencer”, la que promovió los realities tal y como existen hoy en día y la creadora de su star system. Y aunque parece que lo logró siendo ordinaria y despreocupada, fue un plan de negocio muy bien pensado, nada dejado al azar, como explica en el documental,. Ella quería independizarse de una familia de la que, tras una traumática infancia, no quería depender económicamente. Así pues, al igual que sus padres crearon y multiplicaron un imperio multimillonaria, ella quiso hacer lo mismo convirtiéndose en una marca de negocio. Lo logró, por supuesto. Según El País, ha conseguido más de 3.000 millones de dólares solo con sus productos. Pero el precio de la fama también que tuvo terribles consecuencias.

El documental empieza con su infancia. “De pequeña me pusieron el apodo de star estrella. Como era la primera hija de mi padre siempre me estaba grabando, recuerdo tener una cámara alrededor todo el tiempo”, asegura. Sus padres querían que triunfase, que se convirtiera en una mujer de éxito. Y por eso, la presionaban desde su infancia para convertirse en una digna heredera, en la mujer ideal, algo que Paris recuerda con desprecio, porque se sentía explotada y ahogada por su madre, Kathy Hilton. Según explica en el documental, le robó la infancia: “la presión de ser la mujer perfecta fue insoportable”.

A la tensión en casa se le suma el maltrato en los colegios a los que asistió. “El régimen de aislamiento era como salido de Alguien voló sobre el nido del cuco. Nos quitaban la ropa y nos hacían estar ahí 20 horas”, explica en el documental, denunciando los abusos físicos y psicológicos sufridos en el internado Provo Canyon School, en el que vivió de pequeña durante un año. Los traumas han sido tantos que hoy en día todavía tiene secuelas psicológicas y forma parte de un grupo de supervivientes que piden su cierre. Además, cuando logró salir de ahí fue a estudiar a Nueva York, donde empezó a recibir bullying por sus compañeras.

Según cuenta, todos estos traumas infantiles le dejaron heridas profundas. Por eso, se rebeló, no quería saber nada de su familia, y además, quería “crear una marca que reflejase una vida perfecta y feliz… y esas historias no formaban parte de esa marca”. Encontró en la fiesta, la noche y la Paris tonta de los realities una forma de escapar de su realidad: “Me convertí en adicta a la vida nocturna, me sentí aceptada. Me sentía la reina de la noche. Y ahí me transformé en Paris. Viajo por el mundo y solo veo habitaciones de hotel, discotecas y tiendas. A veces no sé ni quién soy. Siempre tengo esta fachada de ser feliz y de vida perfecta. Creé esta marca y este personaje, y me he quedado atrapada en él desde entonces. Yo no solía ser así”.

Sabe que ella inventó el concepto de la influencer. De hecho, en el documental aparece Kim Kardashian jurando que hoy ella no sería nada sin su impacto. Pero Paris se arrepiente: “ayudé a crear un monstruo. Cuando miro mi vida es como una caricatura. Creé un personaje de fantasía. Y lo gracioso es que todo esto [señalando a sus lujos] me importa una mierda. Casi no me he puesto estos zapatos. A mí me encanta estar tranquila y en chándal en casa, y todo lo demás es el personaje”.

En el documental, además, Paris habla de uno de los episodios más famosos de su carrera: la sex tape. Se grabó teniendo relaciones con 18 años y el vídeo se filtró. En cambio de dejar que la hundiera, ella lo usó para ascender a la fama y construir una marca y relevancia con la atención que estaba recibiendo. De hecho, se suele decir que Kim Kardashian logró su famoso su famoso siguiendo su famoso de Paris. Pero lo que parecía que fue una estrategia de marketing muy bien diseñada, en el fondo, fue un episodio más de abuso a una mujer que enmascaró su dolor con el personaje frívolo que había construido.

“Era mi primera relación auténtica, y tenía 18 años. Estaba muy enamorada [de su ex, Rick Salomon] y quería hacerle feliz. Sacó la cámara y me presionó para grabarme. Me decía: ‘eres una aburrida, ¿llamo a otra?’. Cedí, coaccionada”, recuerda. Cuando se filtró, todo el mundo se puso en su contra, y ella no se defendió. Y se arrepiente. “Si eso ocurriera hoy no se contaría la misma historia, pero me convirtieron en la mala, como si hubiera hecho algo malo. Fue como ser violada electrónicamente”, denuncia, señalando a los medios del corazón de haber usado sus desgracias como carnaza, aunque, como defiende, tuvo la inteligencia y los medios para salir reforzada de este episodio.

“Hay muchas diferencias. Mi personaje es como una rubia jovial de cabeza vacía, tipo Barbie. Y en la vida real, soy exactamente lo opuesto”, explica Paris en una entrevista posterior. Es el resumen del documental: “¿quién es Paris?”, una pregunta que hasta se hace su madre “ella es probablemente una de las personas más inteligentes que puedes conocer. No sé quién es la mujer que sale en la televisión”. La respuesta es, en definitiva, todas las anteriores, una mujer muy inteligente, pero que fue absorbida por un personaje que se hizo más grande que ella misma y que durante años le sirvió para aislarse de forma insana del dolor.

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