La burbuja de los invitados sorpresa en los conciertos te está estropeando la experiencia
La vocalista de Paramore en un concierto de Taylor Swift en Londres. Kendrick Lamar interpretando el America Has a Problem en el Renaissance Tour de Beyoncé. Post Malone en la actuación de Bad Bunny del Coachella de 2023. Kanye West en un show de Travis Scott. Ricky Martin apareciendo de la nada en un espectáculo de Madonna. Y una cantidad enorme de artistas en las giras de Karol G: Young Miko, Becky G, Feid, Shakira, Bad Gyal... Lo de lxs invitados sorpresas en los conciertos se ha convertido en una constante. Y sí, mola mucho cuando te pasa, pero el problema es que puede no pasar y te acabas llevando una decepción inolvidable.
Porque la frecuencia con la que lxs artistas están recurriendo a este golpe de efecto está haciendo que deje de ser una sorpresa. De hecho, la gente, tú, yo, todxs lxs que vamos a grandes conciertos, nos pasamos los meses dándole vueltas a la cabeza tratando de predecir al artista invitado de turno. Lo damos por hecho. Llegamos a creer que el artista para el que hemos comprado la entrada NOS LO DEBE. Y no solo está el bajonazo de que no nos lo regale, sino que puede que lo haga y no te guste una mierda. Imagínatelo. Pagas un dineral loco para un concierto y te pasas la mitad escuchando a un artista que no soportas. Igual te estropea la experiencia.
Y sí, los conciertos son mucho más que música en directo. Son una vivencia social. Un evento que suena, que huele y que sabe. No son simplemente ritmos y melodías. No son solo las canciones de ese artista main que tanto te enamora. Pero es principalmente eso: tu artista favorito haciendo lo suyo. En cierto sentido, esta moda de los artistas invitados, esta ilusión desbordada por abrir el huevo kinder y que salga un artistazo sorpresa, te desconectan un poco del objetivo más elemental de estos shows. Es como bajarle un poco el precio al artista principal. Como si ya no fuera suficiente. Como si tuviese que armar un jaleo brutal para satisfacerte.
Pero esto no es culpa tuya. Para nada. Han sido lxs propixs artistas quienes han ido tirando de este recurso cada vez más para ganar viralidad y seguir en el trend. Es puro marketing. Como lo de tocar canciones que no son suyas. O lo de usar outfits polémicos. O lo de liarla de alguna manera. Y, oye, que eso tiene su chicha también, pero cuando pasa ante ti como un accidente inesperado. Como un regalo caído del cielo. Como un tía, ¿pero y esto? Si tus expectativas están todo el rato por las nubes es probable que el directo de ese artista que llevas escuchando todo el año te sepa a poco. Y eso sí que es una pena.