Las manchas de flujo en tus bragas no deberían avergonzarte
Vas al lavabo, te bajas las bragas y ahí están: esas machas blanquecinas en el forro de tus bragas nuevas. Puede que no te hayas llegado a preguntar por qué se producen, o porque hay días en que manchas más y otros que menos. Seguramente en otros contextos, cuando te has quitado la ropa interior, sí que has sentido algo de vergüenza o reparo para que no lo viera tu ligue, ya que puede parecer sucio. Cuando es todo lo contrario, es de lo más normal del mundo que tus bragas estén manchadas de flujo.
Porque sí, el causante de las manchas blanquecinas de tu ropa interior es tu flujo vaginal, más concretamente la acidez que desprende tu vagina. ¿Acidez en la vagina? Sí amiga mía, el ph de la vagina tiene bastante ácido, de entre un 3,8 y 4,5. Para que te hagas una idea, el zumo de limón tiene un pH de 2 y el vino de 4. Y es el flujo vaginal, con su acidez, el tiempo y el roce, hace que tus bragas acaben con estas manchas.
El tono puede variar según el color de tu ropa interior, por ejemplo, si es negro será entre blanca o amarillenta, similar a una mancha de lejía. Tampoco te rayes si no es exactamente este color, cada vagina es un mundo.
Aun así, seguramente te seguirás preguntando por qué motivo hay ácido en el flujo vaginal, o porque en tu día a día, a pesar de no tener la regla, vas desprendiendo este líquido. Según recoge la Clínica Mayo, el flujo vaginal “es una combinación de líquido y células que se liberan de forma continua a través de la vagina”. Des del punto de vista médico no es motivo de preocupación, de hecho es sinónimo de salud, ya que “ayuda a mantener sanos los tejidos vaginales, proporciona lubricación y brinda protección contra las infecciones y la irritación”.
En el fondo, el flujo vaginal y esas manchitas son nuestro gran aliado para conservar la salud de nuestra vagina. Así que nada de avergonzarse, ni creer que es porque no te limpias suficiente. Es un proceso totalmente natural, pero que por desgracia está invisibilizado y estigmatizado. Si siempre se han repudiado esas manchitas es por la invisibilización y el silencio al que ha sido sometida la sexualidad y genitales femeninos.
El único momento en que tendrías que preocuparte por tu flujo es si empieza a emitir un olor diferente al normal o más fuerte, o bien si adquiere tonalidades que nunca antes hayas visto. En ese caso acude a tu ginecólgx porque pude estar avisándole de que tienes alguna infección.