Del 'quiet quitting' al 'quiet firing' o despido silencioso

Lo de pasar un poco de todo para forzar que te vayas no solo lo hacen algunas parejas, sino también algunos jefes
Del quiet quitting al quiet firing o despido silencioso

En las últimas semanas, se ha popularizado la expresión quiet quitting o renuncia silenciosa raíz de la tendencia al alza en Estados Unidos de dejar de entregarse en el trabajo y hacer solo lo justo y necesario para que no te despidan, ni un minuto más, ni una función que no esté en tu contrato. Pero más peligroso es cuando, quien lleva a cabo algo así, es la empresa. Entonces, se conoce como quiet firing o despido silencioso y puede que te lleve a abandonar el trabajo. 

¿Sabes esa típica relación de pareja en la que una parte fuerza que el otro u otra le deje? Pues eso es exactamente el quiet firing en su versión laboral, aunque quien lo ejerce tiene un poder económico sobre el trabajador. Es la empresa quien empieza a negar aumentos y reconocimiento, a dar instrucciones confusas o posponer encuentros de forma que el trabajador se quema ante esa extraña sensación de injusticia e invisibilidad. Y se acaba yendo. 

En un artículo reciente de Bloomberg, los entrevistados relacionan el quiet firing con el quiet quitting. Bonnie Dilber, trabajador de recursos humanos en la empresa de software Zapie, lo explicaba así en el medio norteamericano: “Empecé a pensar por qué alguien puede ponerse a hacer lo mínimo necesario. Y me di cuenta de que el problema no es tanto de los trabajadores, sino de los jefes o empresarios que no hacen suficiente por dar apoyo o invertir en sus trabajadores, o sea quiet firing”. “Cuando estás en un ambiente que se siente como la muerte, es difícil entregarse más”, añadió. 

Pero el quiet firing también es “lamentablemente una práctica que cada vez va a más” en España, según explicaba el experto en recursos humanos Xavier Escales en Rac1.cat. Escales añadía que  “es malo para la empresa y para el trabajador”, ya que se corre la voz y lxs trabajadorxs no quieren trabajar en empresas que traten mal, mientras que lxs empleadxs “se llevan los problemas a casa”.

La psicóloga y consultora laboral Sandra Parra añadía que no tiene “muy claro” si las empresas en muchas ocasiones “realmente quieren que sus trabajadores se queden”. Y añadía: “Los jefes no están acostumbrados a dar feedback positivo al trabajador y fomentar que estén motivados. Dan por hecho que la gestión emocional se gestiona de manera individual”.

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