Pasar de las elecciones o votar a un programa de televisión: ¿qué nos está pasando?

"Si no curráis, no cobráis", dice una petición de Change.org que recrimina a los congresistas que no hayan podido llegar a acuerdos para empezar a legislar
El Periódico

Llevamos cuatro elecciones generales en cuatro años. Partidos políticos divididos. Negociaciones eternas que acaban en nada. Poco sentido práctico y mucha mentalidad electoralista. Este viernes empieza el curso para los Fridays for future, las manifestaciones de estudiantes ecologistas que piden a los Estados que dejen el inmovilismo y empiecen a trabajar para frenar el calentamiento global. Pero en España llevamos seis meses esperando un Gobierno y las encuestas no apuntan a que las elecciones den la mayoría clara a ningún partido. La nueva convocatoria de elecciones, para el 10 de noviembre, no ha gustado, la abstención empieza a planear como la gran amenaza y la peligrosa idea de que todos los políticos son unos inútiles se ha instalado en la cabeza de una parte del electorado.

Su último síntoma es la campaña de Change.org "Diputados, si curráis, no cobráis", que lleva casi medio millón de firmas. La propuesta pone como argumento que al disolverse las cortes, los diputados tienen derecho a una indemnización, "el dinero equivalente al salario de dos meses en los que otra vez van a estar sin trabajar", que tienen que solicitar expresamente y que es incompatible con otro ingreso. La indemnización sería de alrededor de 4.500 euros por cada uno de los 213 diputados con derecho a solicitarla, según informa Europa Press. Los otros 137 seguirán como miembros del Congreso.

La idea es populista porque intrínsecamente compara los sueldos de los políticos con los de la población media, pero sobre todo porque da la idea de que durante la negociación, los congresistas no han trabajado. A todos nos molesta que en seis meses los partidos no hayan sido capaces de encontrar un punto de encuentro, porque esa es su función como representantes, pero las discusiones son un espacio necesario en la política y el trabajo de quienes consiguen un escaño en el Congreso. Generar más indignación hacia cómo está previsto el sistema, solo provoca más crispación y desencanto.

En esta línea, Risto Mejide anunció ayer que su equipo de Todo es mentira se presentará a las elecciones bajo las siglas PNLH: Peor No Lo Podemos Hacer. Suena a coña y todavía tiene que completar trámites y sumar firmas para acabar concurriendo el 10 de noviembre, pero todo, desde el nombre hasta la forma de lanzarse es síntoma de un hartazgo impulsivo y burdo que ya viven países como Italia, Guatemala o Ucrania, donde Volodimir Zelensky, un humorista que imitaba al presidente acabó desbancando al presidente en unas elecciones. Para PNLH puedes mandar tú propuestas de candidatos por Whatsapp.

Los partidos no están consiguiendo convencer racionalmente a los ciudadanos y como el sistema hace aguas, intentan ir a buscar nuestras emociones. Tenemos que estar alerta. Una ciudadanía inteligente debería exigir de forma inteligente una forma inteligente de hacer política. Pero generalizar, meter a todos nuestros representantes en una misma bolsa es una clara solo consigue indignación y devalúa todavía más el sistema político. Y es verdad que hay pocas salidas democráticas al sistema que tenemos: ni el voto en blanco ni la abstención están preparados para cambiar el sistema de verdad. Pero si queremos provocar algún cambio, necesitamos buscar seres más inteligentes y menos impulsivos. Dudemos de las pequeñas ideas que parecen una genialidad y sentémonos a pensar.

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