Una de cada cuatro personas se arrepiente de sus tatuajes
Hubo una época en la que los tatuajes eran para toda la vida. Quizás porque la tecnología de eliminación no era muy allá, quizás porque costaba tres cuentas bancarias de joven precarizado, casi nadie se los quitaba. Si se arrepentían de algún tatu se jodían. No había muchas más opciones. Hoy las cosas son diferentes. Seguramente ya conozcas a alguien, en las redes o incluso en la vida real, que ha decidido borrarse alguno en algún momento. Y las probabilidades suben y suben: según una investigación del Pew Research Center de Estados Unidos, en la actualidad una de cada cuatro personas con tatuajes se arrepiente de habérselos hecho.
Es una cifra bastante alta. Y las razones suelen ser muy variadas. Como refleja un nuevo reportaje de la CNN, hay quien quiere eliminarlo de su piel porque no quedó satisfecho con cómo se lo hicieron. Pasa mucho más a menudo de lo que puedas pensar. A veces porque el diseño de base no te convence ya. Has cambiado. Tus gustos no son los mismos y lo que te parecía guay ahora te parece meh o incluso cutre. A veces porque la ejecución no estuvo a la altura. No, todxs los tatuadorxs no son igual de buenxs. Así que controla el ansia y si vas a hacerte uno busca bien en manos de quien lo dejas porque te puede salir mal la jugada.
Luego está el tema identitario. Sí, hace un tiempo te identificabas mucho con tal canción o con tal religión o con tal no se qué, pero ya no. Y eso es una jodienda. Tener que ir por la vida con una frase o con un símbolo que expresa algo con lo que no estás de acuerdo en absoluto. Mucha gente relativiza y lo entiende como un recuerdo del pasado y ya está. Pero a otra gente se le hace bola y terminan en una máquina de láser destruyéndolo. Es lo que pasa cuando eres joven: no te planteas mucho cómo sentirás las cosas el día de mañana. Te tira más lo inmediato. El estar a gusto contigo en este momento preciso. Y eso tiene un precio.
El precio es el dolor de estas sesiones láser. Aunque también sufriste durante las sesiones de tatuaje y sobreviviste. No es el fin del mundo. El gran problema es que no siempre puedes eliminarlos del todo. Al parecer, todo depende del tipo de piel que tengas, del tipo de tatuaje que sea y, muy importante, de dónde esté localizado. Por ejemplo, y según dicho reportaje, “los tatuajes que son más fáciles de eliminar suelen ser más antiguos, hechos de tinta negra, con líneas más finas y más cerca del corazón, donde hay mejor flujo sanguíneo”. Ojalá nunca te arrepientas de los tuyos pero, si lo haces, ponte en manos de buenos profesionales.