Las seis palabras claves de la felicidad

Están pensadas para darte la oportunidad de relacionarte más objetivamente con tus propias emociones

¿Felicidad como principal meta existencial? En ese caso existe una actitud que está poniéndote la zancadilla día tras día: la identificación absoluta con cada una de las emociones que sientes. En su lugar, y según las investigaciones de Richard Schwartz y otros especialistas de campo de los llamados Sistemas Familiares Internos, deberías contemplar cada emoción como la proyección de una parte de ti. De hecho, su recomendación es que introduzcas las siguientes cinco palabras en tus conversaciones contigo mismx a partir de ahora: “Una parte de mí se siente...”.

Observar las emociones y hacerse preguntas

Se trata de una estrategia que, como explican en Psychology Today los expertos David Fessell y Joel Klepac, trae muchos beneficios a tu vida. El hecho de “no estar fusionado con ese sentimiento específico, al mismo tiempo que te aporta curiosidad y compasión, abre un mundo de posibilidades”. Porque no estás dando por hecho que la tristeza, la rabia o la envidia procedan de todo tu ser, de cada región de tu cerebro, sino que comprendes que se genera en un rincón determinado de esta que puedes observar desde fuera. Y la observación es la llave para dominar las emociones.

Pero la no identificación con el sentimiento de turno también te da la oportunidad de cuestionarlo. De llevar la observación a una actitud más proactiva. En palabras de Fessell y Klepac, puedes “preguntarle a esa parte de ti qué cree que sucedería si no hiciera lo que está haciendo”, es decir, si no te enviara esa emoción como advertencia. Así descubrirás el origen de la emoción. ¿Una parte de ti está lanzándote señales de rabia porque cree que están a punto de quitarte algo que deseas? Es hora de decirle que no. Que todo estará bien. Que tu pareja no va a abandonarte por otra persona.

No eres una sola cosa

En definitiva, se trata de descubrir el papel protector que está ejerciendo esa parte de ti en ese momento dado con esa emoción. Y eso no puedes hacerlo cuando te percibes como una unidad indivisible. A partir de ahí, y siempre según estos especialistas, puedes hacerte otras preguntas claves: ¿Qué está sucediendo ahora que estoy presente con esa parte? ¿Hay una sensación de ablandamiento y expansión o es más bien un retroceso y una contracción? ¿Tengo la tentación de deshacerme de esa parte inmediatamente porque lo que me expresa es demasiado desagradable?

Fessell pone como ejemplo la experiencia del propio Keplac para ilustrar todo este proceso: “Al notar una sensación de incomodidad, una opresión en el pecho y casi una sensación de congelación, sintió curiosidad. ¿Por qué este sentimiento aparece de esta manera? Porque una parte de mí se siente ansiosa por no ser perfecto. No soy simplemente ansiedad: estoy experimentando una parte ansiosa”. El matiz es tan importante que Keplac experimentó una reducción de la ansiedad, lo que le dio espacio mental para explorar la causa, profundizar en su autoconocimiento y obtener paz.

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