La terapia 'Morita' con la que combatir los pensamientos bucle
Hay días en los que tu mente se encuentra más despejada. Los pensamientos brotan en ella, por supuesto, pero lo hacen con tranquilidad y variedad. Disfrutas de cierto silencio. Tienes espacio para reflexionar. Estás en paz. Sin embargo, existen otros días en los que, presa de la ansiedad y de otras emociones como la preocupación, el miedo, los celos o la tristeza, tu mente se convierte en un correcalle de pensamientos repetitivos. Las mismas ideas vuelven a la pantalla principal de tu mente una y otra vez hasta llevarte al agotamiento. Es desesperante y te roba la serenidad necesaria para gozar de la vida. Pero puedes recuperarla aplicando los principios de la llamada terapia Morita.
Pasos para llevarla a cabo
Como tantas otras propuestas psicoanímicas basadas en la atención plena, la terapia Morita procede de Asia. Concretamente de China, donde es utilizada precisamente para tratar los trastornos de ansiedad. Su idea principal, previa a sus principios, es que no puedes liberarte de los pensamientos en bucle bloqueándolos con otros pensamientos. Para ejemplificarlo, apuntan desde Vitónica, utilizan la siguiente fábula: "Si un burro está atado a una farola, continúa caminando para intentar escapar, pero comienza a dar vueltas y al final termina inmovilizado junto a la farola". No es productivo. En su lugar, el truco está en aceptar las emociones que subyacen a esos pensamientos.
Y ese sí es el primer principio de esta terapia. Piénsalo. Detrás de ese puñado de pensamientos repetitivos que están asediándote hoy hay una emoción deseando ser escuchada. Puede ser el dolor. Puede ser la rabia. O puede ser la soledad. Como escriben en el citado medio, parafraseando al recientemente fallecido monje budista zen Thích Nhat Hanh, "un sentimiento llega a nosotros, pero como el tiempo, no lo podemos controlar, solamente observar: 'Hola, soledad, ¿cómo estás hoy?'". El segundo principio, una vez observada y comprendida la emoción atascada, es hacer lo que debas hacer para desbloquearla: perdonar, comunicarte, alejarte, asistir a terapia...
Por último, está el descubrimiento del propósito vital, que "nos ayudará a tomar acciones en nuestras emociones". Según la corriente diseñada por el psicoterapeuta Shoma Morita, te resultará más sencillo no dejarte arrastrar por tus pensamientos y ver con claridad qué toca hacer para desbloquear las emociones que esconden si sabes para qué estás en el mundo. Estos principios se ponen en práctica a través de cuatro fases de varios días: la de aislamiento en una habitación sin estímulos, la de ocupación silenciosa como la escritura, la de movimiento físico relajado como la pintura y finalmente la de regreso a la vida social con un mayor control de la mente propia y una relación más sana con las emociones y los pensamientos.