‘Journaling’: la técnica con la que pararle los pies a los pensamientos negativos
Los pensamientos negativos pueden montarte una buena en la mente en muchas ocasiones. Aparecen. Los cortas. Aparecen. Los cortas. Y esto ocurre porque hay algo dentro de ti que necesita salir de alguna manera. Necesita ser escuchado. O mejor dicho: leído. Porque la investigación científica ha demostrado en multitud de ocasiones que el journaling, el arte de expresar tus pensamientos y reflexiones a través de la palabra escrita, tiene un efecto muy positivo en tu salud mental y, aunque te parezca extraño, también en tu salud fisiológica, totalmente conectada a la primera. Escribir tus movidas es infinitamente mejor que permitir que pululen sin control en tu interior.
¿No sabes cómo empezar? La manera más sencilla de iniciarse es hacerlo en bruto: coge un papel y un bolígrafo o tu ordenador antes de irte a la cama y suelta todo lo que habita en tu cabeza sin autocensura. No busques la excelencia creativa. No te obsesiones lo más mínimo con la calidad literaria. Simplemente desahógate. Dicho esto, y como escriben desde El Español, “escribir sobre momentos angustiosos puede tener un efecto no deseado para algunas personas”. Si lo que necesitas plasmar son traumas muy profundos, dolores que duelen mucho más cuando los pones negro sobre blanco, lo más recomendable es que acudas a terapia. Es demasiado pronto.
Pero ese diario de angustias no es el único camino para el journaling. También tienes su opuesto amable: el diario de gratitud, en el que debes expresar tu alegría por muchas de las cosas hermosas que hay en tu vida. Incluso aquellas que sueles dar por hecho. Ah, y también resulta de lo más interesante, especialmente cuando tienes conflictos no resueltos con personas a las que no tienes acceso ya, llevar un “diario de cartas no enviadas, que consiste en registrar todos aquellos mensajes que, por vergüenza o pánico, no fueron remitidos a las personas de nuestro entorno”. Es una práctica que puede ayudarte a sanar viejas heridas del pasado.
Otras propuestas son el diario de lo que va bien, el diario de eventos y el diario de una palabra. ¿Puedes definir tus pensamientos en tan solo una palabra para descubrir tus patrones de pensamiento a lo largo del tiempo? Algo similar propone el journaling no escrito: “otros métodos como por ejemplo el diario-collage o el diario de una foto”, muy potentes para registrar tus pensamientos “porque, para muchas personas, una imagen vale más que mil palabras”. Como apunta la neuropsicóloga Raquel Tomé, refiriéndose a la práctica del journaling en general, “no hay que considerarla una panacea pero nos ayuda a tomar conciencia”. De ti. De tu mundo. De tus miedos y anhelos.