Descubren la parte del cerebro que te hace más o menos egoísta

Aunque queda mucho por descubrir, hay una zona del cerebro cercana a la frente que determina si eres más egoísta o cooperador 
Hay una parte solo dedicada a ti y otra hacia lxs demás

El refrán “ande yo caliente, ríase la gente” resume a la perfección el egoísmo que suele mover al ser humano y que marca a grandes rasgos a la economía capitalista. Mirar por el beneficio propio es el objetivo prioritario para prácticamente cualquier empresa o persona que se precie. Pero no es el único ni sirve en todo momento y la investigación neurocientífica también nos recuerda que una parte de nosotros también piensa en los demás. De hecho, ha descubierto exactamente cuál. 

Los organismos que participan de cada ecosistema se rigen generalmente por la supervivencia, la cooperación y, la una, necesita a la otra. Si yo no sobrevivo, no puedo cooperar, pero si yo no coopero, no puedo sobrevivir y esa lógica, de alguna manera u otra, aguanta el equilibrio de las cadenas alimenticias. Al ser humano le pasa más o menos igual: en muchas ocasiones, por más egoísta que seas, necesitas cooperar con el departamento de arte para llevar a cabo tu magnífica idea como creador publicitario, y eso se puede aplicar a prácticamente cualquier actividad humana. 

En el deporte, por ejemplo, necesitas cooperar con los miembros de tu equipo para ganar, por mal que te caigan, pero incluso necesitas cooperar de alguna manera con el contrincante para cumplir las normas. Y en la familia o compartiendo piso, un reparto equitativo de las tareas te puede ahorrar un conflicto o verte viviendo en medio de quilos y quilos de porquería. Pero ojo, porque la necesidad de cooperación y justicia que muchas veces nos mueve no solo responde a egoísmo propio. O al menos no es eso lo que dice nuestro cerebro. 

La corteza prefrontal dorsolateral derecha participa de la elección entre el interés propio y la motivación prosocial, pero los investigadores aún no han descubierto qué comportamiento exacto se desencadena por la activación de este área, según explica Xataka. Así, en algunos estudios la supresión de la actividad de la región condujo a un comportamiento prosocial, o sea más preocupado por la comunidad, y en otros casos tiró más hacia el egoísmo. Hubo incluso casos de estudio que no produjeron ningún efecto.

Pero un estudio de la Universidad HSE fue un poco más allá con el uso de estimulación magnética transcraneal, que suprime la excitabilidad del área estimulada del cerebro. 46 participantes de entre 18 y 27 años se dividieron en dos grupos. El primero de los grupos recibió estimulación de la corteza prefrontal dorsolateral entre cinco y siete minutos, pero el segundo recibió estímulos de las áreas responsables de percepción visual. Los participantes jugaron dos juegos económicos seguidos: uno de dictador y otro de generosidad. En el juego del dictador, los que tenían la corteza visual estimulada fueron menos cooperadores con su pareja. En el juego de la generosidad, los participantes compartieron aproximadamente de la misma manera sus posibles. Vamos, que aunque esté demostrado que esta parte del cerebro es la que decide si eres o no generoso, todavía falta determinar cómo funciona. 

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