El burnout de la generosidad: cómo saber si das demasiado

No es para nada malo ser una persona generosa, lo que ocurre es que si te pasas acabarás teniendo relaciones desequilibradas, donde los demás no se preocuparán por ser generosxs contigo
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Te encanta ser amable con los demás. Te gusta ayudar, que las personas que te importan se sientan cómodas, seguras y alegres con lo que tú les das. Te gusta enseñar y mejorar la vida de las personas, es más, sientes placer haciendo esto. Aunque este sea uno de los ejes principales de tu vida, poco a poco te has ido desgastando, ya no tienes esa energía para hacerle la vida más fácil a lxs demás e incluso has experimentado un ligero resentimiento. Te has dado cuenta que lo único que has hecho es darle a los otrxs tu ayuda, tu tiempo, tu energía, tu cariño pero ¿y tú qué? ¿Cuándo alguien va a destinar esa misma preocupación por ti? Lo que te está pasando es lo que se llama el burnout de la generosidad, el resto de personas empiezan a importarte más que tú mismx. 

Cuando caes en la cuenta de que eres la única persona que se preocupa por lxs demás no solo corres el riesgo de que haya personas que se aprovechen de tu bondad y de tu generosidad, sino que puedes entrar en una profunda tristeza al ver que el resto jamás se ha preocupado por ti. Hay tres llamadas de atención que tienes que tener en cuenta para frenar con esa generosidad que puede jugarte una mala pasada.

1. Agotamiento real

Se trata de una especie de cansancio mental y físico. Tendrás ganas de quedarte en la cama y de no tener contacto con nadie más, ni ver, ni hablar con ninguna persona. Esto ocurre porque llevas tanto tiempo con la atención hacia al exterior, hacia los demás que no te has dado cuenta de que te estabas despreocupando por ti.

2. Rechazo a la ayuda

Siempre disfrutabas de la ayuda que dabas a los demás y te sentías contentx cuando recibías también esa atención. Ahora algo ha cambiado: estás más irascible, te enfadas con facilidad o simplemente no quieres que nadie sea generosx contigo. Lo primero que te nace es el rechazo. Antes de herir debes pararte a pensar cuál es el origen de ese malestar.

3. Cero utilidad

Sientes que estás empezando a fallar en todos los frentes: en el hogar, en el trabajo, con tus familiares y con tus amigxs. Tú lo sientes de esta manera y el resto de personas no se están dando cuenta. Debes prestar atención a estos síntomas porque lo que está pasando es que ya no sientes excesivo placer al ayudar a lxs demás.

Ahora bien, el hecho de pasar de estar entregadx al cien por cien a no hacer absolutamente nada por nadie puede también generar un choque en tu persona. Hay algunos mantras que comparten desde Medium que puedes y deberías tener en cuenta para no sentirte mal en ningún momento.

- Sí, eres buena persona

El hecho de que hayas dejado de ser excesivamente generosx no te convierte en mala persona. Solo aquellxs que son amables y leales luchan por ser generosxs con lxs demás. Los límites a tu alrededor no te transforman ni cambian tu personalidad.

- Escucharte

El agotamiento puede ser un aviso previo a la profunda tristeza. No ignores todas las llamadas de atención que hace tu cuerpo o tu mente y aprende a dejar que lxs demás también se preocupen por ti.

- La palabra ‘no’

Puedes detener tu generosidad. Cuando alguien te pida algo y tú consideres que no está bien que te pida algo así puedes responder ‘no’. Es normal que no te salga dar una negativa directa, puedes dar tus explicaciones si sientes que lxs demás podrían llegar a molestarse.

- Generosidad proactiva

Hay una diferencia entre ser generosx de forma proactiva donde decides lo que quieres dar a lxs demás, cuándo darlo y cómo y la generosidad reactiva que, a menudo, es impulsada por las demandas de los demás. Esta es la que podría generar resentimiento y que acabará quemándote.

La generosidad siempre será algo bueno a destacar en las personas pero debes tener cuidado porque pueden aprovecharse de esa bondad. Con el tiempo sabrás quiénes valoran tu entrega y quiénes se la merecen. Además con ese tipo de personas se generará un vínculo en el que la ayuda mutua estará presente la mayor parte del tiempo.

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